José Bretón, que asesinó a sus hijos, Ruth y José, hace diez años en una parcela de Las Quemadillas, en Córdoba, cumple condena por este crimen en la cárcel de Herrera de La Mancha (en Manzanares, Ciudad Real), donde tiene un comportamiento "muy bueno, como otros muchos internos psicópatas que hay", de acuerdo con lo afirmado por fuentes de esta prisión, que es una de las primeras de máxima seguridad construidas en España.

Allí se encuentra en el departamento de enfermería, donde realiza labores de ayuda y «está bien adaptado», añaden las mismas, que recuerdan con lejanía su intento de suicidio en el año 2016, cuando llegó a esta cárcel. "Ahora está bien, normal", comentan. No obstante, matizan que solo se estaría relacionando con los reos de ese departamento. "Tenemos que tener un poco de cuidado, porque puede que haya internos que se quieran tomar la justicia por su mano. Hay mucha gente con delitos similares, es más difícil que le hagan nada, pero por si acaso, hay que tener precaución", explican.

Acerca del perfil de este centro, la misma fuente comenta que "tenemos muchos psicópatas con muchos delitos. En esta cárcel hay un tratamiento individualizado, mucho contacto con los internos por parte de los funcionarios, hay psicólogos, educadores y trabajadores sociales que pasan a diario por los departamentos. En estas prisiones, que son más pequeñas, pasan todos los días. Habiendo más funcionarios y más especialistas, los internos se sienten mejor atendidos", puntualiza. En este sentido, valora que "si queremos que los internos salgan lo más rehabilitados posible, hay que invertir en funcionarios y personal cualificado que los pueda atender adecuadamente, tendremos una sociedad más segura, habrá menos reincidencia", porque, de otro modo, "cuando van a salir en libertad, nos echamos las manos a la cabeza", lamenta.

Esta fuente apunta que José Bretón "no está disfrutando permisos y lo veo muy, muy complicado en mucho tiempo" por los "muchos requisitos" que tendría que cumplir para regresar a la sociedad tras el doble asesinato. 

La sentencia de la Audiencia provincial de Córdoba, que le condenó a 40 años de privación de libertad, contempla que Bretón no podrá obtener los beneficios del tercer grado penitenciario hasta que no haya cumplido la mitad de la pena. También subraya su falta de arrepentimiento, ya que durante todo el procedimiento judicial sostuvo su inocencia. 

"Jamás lo admitió"

Así lo recuerda Baldomero Sánchez de Puerta, quien colaboró con José María Sánchez de Puerta en la defensa del padre de los niños Ruth y José (de seis y dos años de edad, respectivamente) a partir de que este denunció su desaparición en el parque Cruz Conde en la tarde del 8 de octubre del 2011. En estos momentos, es representado por la abogada Bárbara Royo, quien ha declinado realizar declaraciones a este periódico. 

Baldomero Sánchez de Puerta afirma que Bretón "jamás ha contado a su abogado lo que dice la sentencia, que será la verdad», y subraya que a José María Sánchez de Puerta «le llama mucho la atención que a lo largo de toda su carrera este señor ha sido el único que no le ha contado lo que recoge la sentencia que ocurrió. Ha tratado con muchas personas que han cometido este tipo de delitos, le extrañaba que no le contara, que mantuviera lo mismo desde el principio, que los perdió", comenta.

De este modo, aclara que "nos dedicamos al derecho penal y el tipo de personas con las que tratamos tiene unos códigos distintos. El cliente te puede mentir al principio, pero cuando se ven acorralados suelen decir la verdad. El abogado debe saber la verdad, al final suelen hablar antes del juicio, porque llega un momento que se asustan, pero este señor jamás contó a su abogado defensor que él había matado a los niños, jamás admitió lo que dice la sentencia".

Esta actitud "te va limitando el campo", apunta Sánchez de Puerta, y es que si hubiera admitido el crimen, «entiendo que la defensa se hubiera planteado presentando peritos psiquiátricos y diciendo que tiene algún problema. A priori, la defensa es que lo vea un psiquiatra para que determine su salud mental». 

Bretón hizo una hoguera en la parcela de sus padres para acabar con la vida de sus hijos y el cambio radical en la identificación de los huesos hallados en ella «es algo que no ha tenido respuesta» en opinión de este letrado. Como se recordará, la perito policial Josefina Lamas certificó en un primer momento que los restos óseos pertenecieron a animales, pero casi un año más tarde otros especialistas concluyeron que eran de niños. El principal argumento de la defensa en el juicio fue la ruptura de la cadena de custodia de esta prueba y «seguimos pensando que los huesos que vio esa señora no eran los mismos que vieron los otros peritos», apunta el abogado. «Luego, había una cantidad de indicios que en base a ello se constituyó la sentencia y se le condenó, pero seguimos pensando que la cadena de custodia estaba rota», asegura. 

Confesar para salir a la calle

En estos momentos, estos abogados no mantienen contacto con José Bretón ni con su familia. De acuerdo con una información publicada recientemente por el diario El Mundo, él habría admitido la comisión de los asesinatos en un taller de reinserción en la cárcel. Al hilo de este cambio de actitud, fuentes judiciales consultadas por este periódico indican que "mientras no reconociera los hechos, no le iban a dar nunca un permiso. Si no hay voluntad de reinserción y arrepentimiento, no se da permiso" para abandonar la prisión, precisan. Además, apuntan que "es muy dificil que alguien no reconozca" el crimen cometido una vez que está en la cárcel, en línea con lo referido por Sánchez de Puerta. El caso de José Bretón, por tanto, sería particular también en este aspecto. 

Preguntado por la presunta confesión, Baldomero Sánchez de Puerta entiende que "quizá busque algo de protagonismo o quizá diga ‘voy a contar la verdad, a ver si en un futuro consigo un permiso de salida’ pero, en mi opinión, hasta que lo consiga van a pasar muchos años, por mucho que rectifique. Se le condenó por dos asesinatos", apostilla. 

El padre de Ruth y José entró en prisión preventiva en el año 2011 (el juicio por el asesinato de sus hijos se celebró en el 2013), por lo que ya habría cumplido una cuarta parte de su condena a 40 años, aunque estará recluido un máximo de 25 años, según marca la ley. Una vez cumplida la cuarta parte de la pena, los reos tienen derecho a solicitar el permiso para salir de la cárcel.

Preguntada, asimismo, por las últimas declaraciones de Bretón, la abogada de Ruth Ortiz en el procedimiento, Reposo Carrero, afirma que él actúa "igual que siempre, una de las posibilidades que tiene de poder salir de prisión tras los primeros 25 años de condena es reconocer el delito y mostrar arrepentimiento. Es, simplemente, una artimaña".

Carrero recuerda que la familia materna de los niños desconfió del padre desde el primer momento y que "cuando hablé con Ruth esa primera noche de la desaparición, me dijo que no volvería a ver a sus hijos. Siempre tuvimos claro que el culpable era él, pero desconocíamos qué había hecho con ellos". En cuanto al impacto que este proceso tuvo en su propia trayectoria profesional, la letrada destaca que "ha sido uno de los más duros a los que me he enfrentado. Perdí mi salud en ese asunto. En estos momentos, no podría plantearme implicarme en otro asunto así".

Ruth pide apoyos 

De su parte, la madre de Ruth y José, Ruth Ortiz, ha confirmado a este periódico que "por supuesto" le agrada que se recuerde a sus hijos y ha descartado la posibilidad de emprender nuevas acciones judiciales contra José Bretón. 

En declaraciones a la Cadena Ser realizadas ayer, Ruth lamentó, en referencia a las víctimas de violencia vicaria, que "no hay nada real que a la hora de la verdad nos facilite la vida. Porque por las víctimas mortales de la violencia de género, desgraciadamente, no se puede hacer nada. Solo prevenir que no ocurra. Pero es que en nuestro caso tenemos que seguir viviendo, han asesinado a nuestros hijos, pero tenemos que seguir viviendo". 

Junto a esto, reconoció el apoyo que le ha brindado Córdoba ante la pérdida de sus hijos y puso de relieve que "Córdoba estuvo conmigo desde primera hora. Siempre me he sentido de Huelva y también de Córdoba, porque fueron muchos años los que viví allí. Solo tengo palabras de agradecimiento para Córdoba y para todos los que me ayudaron", señaló.

El crimen

Los pequeños Ruth y José fueron asesinados un fin de semana que viajaron de Huelva a Córdoba para estar con su padre, dado que el matrimonio se encontraba en vías de separación. La sentencia considera probado que Bretón compró unos 70 litros de combustible y tranquilizantes, y acumuló 250 kilos de leña en la parcela para quemar a sus hijos tras hacerle ingerir las pastillas. Se desplazó a la finca con los niños haciendo creer a sus familiares que iban a almorzar con unos amigos. Después de quemar sus cuerpos, condujo por el entorno del parque Cruz Conde y reclamó ayuda a lo servicios de emergencias afirmando que los había perdido. Fuentes consultadas en la Ciudad de los Niños aquella tarde destacaron la frialdad de su comportamiento pese a que, supuestamente, habían desaparecido sus hijos. 

En un primer momento, el juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Lainz, titular de Instrucción 4, le procesó por dos detenciones ilegales y por simulación de delito. Después de que nuevas pruebas periciales determinaran que los huesos hallados en la hoguera pertenecían a dos niños, le imputó dos delitos de asesinato por alevosía con la agravante de parentesco. La fiscal del caso, María Ángeles Rojas, aseguró en el juicio que Bretón mató a sus hijos "movido por el odio a su mujer".

"Sería muy útil en libertad"

Las declaraciones de José Bretón publicadas recientemente no son una excepción. Desde que fue encarcelado, se ha dirigido a los medios de comunicación a través de cartas e incluso llegó a conceder una entrevista en la prisión. 

En concreto, Diario CÓRDOBA recibió varias misivas en agosto del 2012. En ellas, se presentaba como clave para la localización de sus hijos y llegó a asegurar que "antes de entrar en prisión, se pusieron en contacto conmigo diciéndome que tenían información sobre mis hijos, que me darían más detalles y que no entrara en prisión", por lo que "sería muy útil que estuviera en libertad para que esas personas volvieran a ponerse en contacto conmigo". En una de las cartas, criticó duramente a familiares de Ruth Ortiz, en otra se dirigió contra la Policía por el trabajo que realizaba para encontrar a los niños y en una tercera llegó a recrear una misiva imaginaria escrita, supuestamente, por la pequeña Ruth y dirigida a su abuela materna, en la que afirmó que "las personas que nos cuidan quieren hablar con papito. Por favor, abuela Obdulia, dejad que papito salga". Una actuación que estaba en la línea de las "artimañas" referidas por la abogada de la madre de los pequeños