Quizá poco se recuerda ya pero el último congreso federal del PSOE, el número 39, el que sucedió a una cruenta contienda entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, arrancó con lo que se interpretó como otra declaración de guerra: el equipo del vencedor postulaba a un desconocido alcalde de Burjassot como competidor contra el entonces (y aún hoy) president valenciano, Ximo Puig. Sánchez inflamaba aquel cónclave, prendía la mecha contra los barones críticos. Necesitaba consolidar su poder y afianzarse en el territorio, y a la vez lanzaba un recado contra quienes se habían opuesto a él. El 39º Congreso no pudo escapar de ese mal ambiente hasta el final. El secretario general recibió a cambio un importante voto de castigo, de hasta el 29,50%, en la votación de su ejecutiva. Las heridas que había dejado la lucha fratricida de las primarias estaban muy vivas.

Pero todo eso es pasado. Nada ni medianamente semejante al contexto actual, con un Sánchez presidente del Gobierno desde hace tres años y un poder irrefutable dentro del PSOE, y con un partido totalmente apaciguado y al son del líder, sin focos de oposición interna más allá de disidencias puntuales de los presidentes de Castilla-La Mancha y Aragón, Emiliano García-Page y Javier Lambán, y muy esporádicamente del extremeño Guillermo Fernández Vara.

La foto que arrojará el 40º Congreso Federal del PSOE, que acogerá la Fira de València —con una escenografía, por cierto, "espectacular", dicen los anfitriones, el PSPV—, será radicalmente distinta. El jefe del Ejecutivo quiere exhibir músculo. Lucir poder, lucir unidad, situar en primera línea a una hornada de dirigentes jóvenes, sin mochila orgánica, sin que pidan una silla por su contribución a la victoria del líder en 2017. Será el PSOE de Sánchez, más que nunca, pero no del sanchismo, porque ya no hay banderías. Aunque, como recuerda un barón, esta paz durará lo que dure la estabilidad del Gobierno. Porque si las urnas desahucian al partido, volverán las tensiones. El eterno ciclo.

El cónclave de 2021, el 40, se parece más al de 2008, el 37, el último de José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces el PSOE también dirigía el Gobierno, amasaba un importante poder institucional, ni se vislumbraba el declive, el líder hacía y deshacía. Con una diferencia, el presidencialismo en el partido se ha acusado, al tiempo que se ha restado el protagonismo de los estamentos intermedios. A esa imagen de unidad interna se suma, aquí sí, un fuerte debate ideológico en materias sensibles para el socialismo, como el feminismo o el modelo de Estado. E incluso otra cuestión proyectada en agenda por el presidente y vista desde la Comunidad de Madrid como un agravio: la desconcentración de sedes del Estado. Todo ello confluirá en un congreso que arranca este viernes con la foto de Sánchez con sus barones y ministros y que concluirá el domingo con la votación de los órganos federales y el discurso del líder en un mitin como los de antes (de la pandemia), multitudinario, en el que se prevé una entrada de más de 5.000 personas.

El lema del 40º Congreso es 'Avanzamos_'. El Gobierno en marcha, en definitiva. El de 2017, otro bien distinto, 'Somos la izquierda'.

¿Cuáles son las cifras del 40º Congreso?

El 40º Congreso Federal que se celebra en la Fira de València el 15, 16 y 17 de octubre de 2021 contará con un total de 1.083 delegados (51% hombres, 49% mujeres), que representarán a todas las provincias e islas, Juventudes Socialistas de España (JSE), y las federaciones del PSOE en Europa y en el exterior. Del total de 1.083 compromisarios, JSE participará con 21 de ellos, mientras que las organizaciones sectoriales (Participación Ciudadana, Sanidad, Educación y Sociedad de la Información) tienen un total de 10. La única corriente interna reconocida, Izquierda Socialista, dispone de cinco delegados (con voz pero sin voto), y Cristianos Socialistas, de tres (de nuevo, con voz pero sin voto).

Los delegados fueron elegidos, por primera vez, a través del procedimiento reglado en el 39º Congreso: voto individual, directo y secreto de los militantes en listas cremallera, cerradas y bloqueadas encabezadas por la persona avalada por la militancia en cada ámbito (16 mujeres y 49 hombres). Las listas votadas por las bases están compuestas por una igual representación entre los dos sexos. Habrá 530 mujeres y 532 hombres, según las cifras ofrecidas por Ferraz.

La edad media de los compromisarios socialistas es de 48 años. La delegada más joven procede de León y tiene 19 años. La más veterana, de 88, proviene de Alicante. Hasta los 30 años hay 54 compromisarios; entre 30 y 45, 363 delegados; entre 46 y 60 años, 525 (el grupo más numeroso), y mayores de 60, 140. Además, participarán 3.500 invitados y, en este cónclave, sin embargo, no existe la figura de observadores. En el mitin final serán muchos más los asistentes, ahora que ya no hay restricciones de aforo. El presidente quería eso, que el cónclave se celebrara en una situación próxima a la normalidad prepandemia, como una demostración de que lo peor, gracias al empuje del Gobierno y a la colaboración de todas las administraciones en la campaña de vacunación, ha pasado.

Por último, se han presentado 10.485 enmiendas a la ponencia marco, y otras 280 a la propuesta de estatutos.

¿Qué se vota?

El que comienza este viernes es un congreso federal socialista ordinario. Es decir, que se renuevan los órganos de dirección, pero también se pone a punto el proyecto socialista.

Está previsto que, entre las 9 y las 11 de la mañana del domingo 17 los delegados voten en urna las listas cerradas y bloqueadas a la comisión ejecutiva federal (la cúpula), la comisión federal de ética y garantías (el tribunal de garantías interno) y los representantes del 40º Congreso al comité federal (un tercio del total).

Además, las 10.485 enmiendas a la ponencia marco y las 280 a la propuesta de estatutos se debatirán el sábado por la tarde en comisión, a puerta cerrada. Aquellas que superen el 20% de apoyo de los delegados pasarán a plenario, que también habrá de ratificar el dictamen de las comisiones y las resoluciones del 40º Congreso. El plenario también deberá elegir, el sábado por la mañana, la mesa del cónclave (la que dirige todo el proceso hasta la proclamación de la nueva dirección, y que en 2017 pilotó el barón castellanoleonés, Luis Tudanca) y votar el informe de gestión de los órganos federales salientes.

¿Qué se sabe de la nueva ejecutiva?

Realmente, el corazón del poder del PSOE no cambia y se conocía con antelación. Desde hace meses. Adriana Lastra y Santos Cerdán, que junto a José Luis Ábalos acompañaron al madrileño en su pugna de primarias de 2017, seguirán al frente. Ella, como vicesecretaria general, volcada en el partido (y, por tanto, con más influjo), aunque ya sin la portavocía de los socialistas en el Congreso. Él, Cerdán, como secretario de Organización, puesto al que accedió hace tres meses tras la caída de Ábalos, aunque en el tiempo en que este ejerció de ministro (de junio de 2018 a julio de 2021), él llevaba las riendas del aparato.

Continuará la exministra de Medio Ambiente Cristina Narbona como presidenta del PSOE, una señal más de la importancia que el presidente confiere a la transición ecológica. El delegado del Gobierno en Castilla y León y secretario saliente de Formación, Javier Izquierdo, y el vicepresidente primero de la Mesa del Congreso y actual responsable del Área de Relaciones Institucionales y Administraciones Públicas, el andaluz Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, también seguirán en la nueva cúpula. Pero con otras funciones. Izquierdo asumirá la Secretaría de Acción Electoral, de la que se desaloja al que era número dos de Iván Redondo en la Moncloa, Paco Salazar. Gómez de Celis se queda con Política Municipal, cartera que deja la diputada aragonesa Susana Sumelzo.

En la ejecutiva entra Llanos Castellanos, directora adjunta de Gabinete del presidente del Gobierno desde el pasado julio. Ella es la dos del nuevo jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, Óscar López, pura sangre del partido que ha contribuido a mejorar la interlocución entre Ferraz, la Moncloa y los territorios. Castellanos ejercerá de secretaria de Relaciones Institucionales (la tarea que abandona Gómez de Celis) y Justicia. Con su incorporación, Sánchez pretende robustecer el hilo entre el Gobierno y el partido.

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, sube un escalón. Desde el bando de Susana Díaz, combatió duramente a Sánchez en las primarias de 2017, pero de inmediato cerró filas con él cuando la militancia habló. El líder lo integró en la ejecutiva, pero como miembro nato, al hacerlo coordinador del consejo político federal (el órgano que reúne al secretario general y a sus barones). Ahora, asumirá una cartera, la Secretaría de Política Autonómica, la que, con otro nombre (Política Federal) cede el exlendakari Patxi López, el tercero en aquellas durísimas primarias de hace cuatro años. Ello obligará a cambiar sobre la marcha los estatutos del PSOE.

Juan Espadas, líder del PSOE andaluz desde julio, tras derrotar a Díaz en la pugna por la candidatura a la Junta, heredará el cargo de Vara y pilotará el consejo político. El propósito es subrayar su papel de cara a las autonómicas que librará en 2022 contra el jefe del Ejecutivo regional, el popular Juanma Moreno.

¿Qué debates ideológicos se darán?

La ponencia marco toca 12 ejes (desde la economía hasta la transición ecológica, las políticas de bienestar, los nuevos derechos, la España autonómica, la regeneración democrática o la igualdad), pero el debate se focalizará en algunas cuestiones sobre las que se han registrado numerosas enmiendas. De un lado, el capítulo de feminismo. El PSOE también vive la agitación que vive el movimiento a raíz del impulso de la ley trans que impulsó el Ministerio de Igualdad y que tanto costó pactar con la ya exvicepresidenta primera y responsable de Igualdad saliente del partido, Carmen Calvo. El feminismo clásico del PSOE se ha movilizado para separarse de un proyecto que rotulan como "de Podemos" y que, a su juicio, puede llevar al desdibujamiento de las mujeres. Otras enmiendas, inferiores en número, sí apoyan la autodeterminación de género.

En esta materia, hay cuestiones también candentes, como la abolición de la prostitución. La dirección la defiende, pero no le pone fecha, consciente de que es un tema que queda fuera del programa pactado con Unidas Podemos. Hay propuestas que piden más rotundidad. La federación valenciana es de las más beligerantes (igual que el expresidente Zapatero) y presiona para que en esta legislatura se presente una ley integral para la abolición de la prostitución y que sancione a los clientes y proxenetas.

Para este 40º Congreso, volvieron las enmiendas clásicas que remiten a la historia republicana del PSOE. Pero la novedad radica en que hay propuestas que plantean investigar al rey emérito que la Corona gane en transparencia. Consciente de que ese debate está abierto en el partido, Sánchez lanzó este jueves en La Sexta un mensaje que iba un paso más allá de las declaraciones públicas hechas hasta ahora: que Juan Carlos I dé "explicaciones" sobre sus presuntas actividades irregulares.

También hay otros temas sobre la mesa: la deslocalización de instituciones del Estado (otro punto en el que Valencia se muestra belicosa), el agua, la financiación autonómica, los toros, el pasado colonial español, los avances en laicidad, la derogación de la reforma laboral, la recuperación de la "plurinacionalidad" del Estado...

¿Es realmente el congreso de la unidad?

Este cónclave será pródigo en imágenes de cohesión interna. Quizá como no se había visto desde 2008. Sánchez reúne este viernes a sus barones y ministros en el consejo político federal, en la primera instantánea del poder central y territorial del PSOE después de la remodelación del Ejecutivo. Y este sábado estará rodeado de Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Joaquín Almunia. Los tres exlíderes vivos juntos. El domingo, turno para el homenaje al fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba.

El secretario general reconocía en La Sexta este jueves que en ocasiones el PSOE ha estado "más pendiente de sí mismo", sumido en debates que le han "desgarrado". Pero ahora sí existe una unidad "real", "no ficticia", y se produce en un momento clave para España. Remarcó que es importante que González, Zapatero, Almunia y él mismo reivindiquen, "entre todos", la "unidad y la fortaleza" de las recetas socialdemócratas en esta salida de la pandemia.

¿Quiénes más irán al congreso? ¿Tendrá foco Ábalos?

Además de la actividad puramente congresual, Ferraz ha preparado un completo programa de actividades para los tres días. Este viernes, a mediodía, los números dos y tres, Adriana Lastra y Santos Cerdán, visitarán las instalaciones del cónclave junto al president valenciano y anfitrión de la cita, Ximo Puig. Después llegará la reunión del consejo político federal y la foto de familia de Sánchez con sus barones y ministros, a lo que seguirá una comida presidida por el líder. Tras el almuerzo, se entregarán los Premios Manuel Marín.

Por la tarde, en el ágora, comenzarán la tanda de mesas redondas, en las que participan ministros, barones y dirigentes socialistas. Para el viernes están programadas cuatro: sobre transición ecológica, transformación digital, feminismo (ahí estará la exvicepresidenta Carmen Calvo) y España rural. La Fira de València también cuenta con espacios para charlas rápidas entre jóvenes y referentes del PSOE (el espacio Tomás Meabe, con Ximo Puig, Félix Bolaños y Diana Morant), para conversaciones sobre feminismo (el espacio María Cambrils), para presentar la configuración de las casas del pueblo (el espacio Txiki Benegas) o para encontrarse los movimientos sociales invitados (espacio Carmen Cerdeira). Hay una invitada internacional este primer día de congreso: la alcaldesa de París y candidata socialista a la Presidencia de Francia, Anne Hidalgo.

El sábado 16, el plenario arrancará sobre las 9.30. Se elegirá la mesa del cónclave, Cerdán dará cuenta del informe de gestión de los órganos federales (aunque ese balance lleve la firma de José Luis Ábalos, ya exsecretario de Organización) y se votará. Después, intervendrán Lastra, los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González. Por la tarde, se discutirán las enmiendas en comisión y, las que lleguen vivas, se votarán en plenario.

En marcha continuarán los foros y espacios. Las mesas redondas sobre Europa (con Joaquín Almunia), nuevos derechos y libertades (ahí intervendrá de nuevo Zapatero), ciencia y salud, políticas para la juventud y políticas de bienestar social. El espacio Tomás Meabe acogerá las charlas rápidas con Zapatero, Miquel Iceta y Fernando Grande-Marlaska. Y cabrá un homenaje al fallecido Txiki Benegas.

El domingo 17, el cierre del congreso: votación de los órganos en urna y, luego ya en el pabellón más grande, el mitin multitudinario de cierre, con el broche del discurso de Sánchez.

¿Y Ábalos? Su papel será bastante reducido. El departamento de Comunicación del PSOE, encabezado por su directora, Maritcha Ruiz, hará entrevistas a dirigentes socialistas. Una de ellas, al exministro de Transportes y exsecretario de Organización. Otra, al presidente aragonés, Javier Lambán, que no participa en ninguna otra actividad, como el resto de líderes autonómicos. Estas conversaciones no están incorporadas a la agenda, pues se realizarán según cuadren, justifican en Ferraz.

¿Y para qué sirve este congreso?

Esta es la cita política más importante para el PSOE en todo 2021. Su acto mayor cada cuatro años. Es el primer congreso en plena unidad interna desde 2008, en el poder y con las encuestas aún no desastrosas. Con todo el poder orgánico e institucional alineado con el líder. Y ya con lo peor de la pandemia atrás. Que no haya sangre no resta importancia al evento.

Pero además de la exhibición de músculo, el PSOE quiere proyectarse hacia el futuro. Encender la maquinaria de cara al ciclo electoral de 2023, que se inaugurará, con seguridad, con las autonómicas andaluzas de 2022 (si es que no hay adelanto también en Castilla y León y Comunitat Valenciana). Sánchez urge a que se ponga toda la carne en el asador y se dé la vuelta a unos sondeos que van situando al PP como primera fuerza. El PSOE recicla su proyecto y elige nuevo equipo. El presidente culmina la revolución interna que arrancó en julio con la crisis de gobierno.