¿La amenaza de Esquerra Republicana de Catalunya es un farol? ¿Puede tumbar los Presupuestos Generales del Estado para 2022 en el Senado si no amarra un nuevo acuerdo con el Gobierno acerca de la ley audiovisual? ¿Puede hacer naufragar el proyecto si socialistas y morados no extienden la cuota de protección del catalán, el euskera o el gallego a gigantes como Netflix, HBO o Amazon Prime Video? La respuesta es un sí. Pero con muchos matices. Un hipotético no a las cuentas en las Cámara alta puede prosperar si lo apoyan el PP y otras formaciones minoritarias, aunque llegar a esa cifra mágica de 133 senadores —mayoría absoluta— no es tan sencillo.

Pero también es verdad que, en caso de que triunfara, el Ejecutivo tendría que emplearse a fondo para levantar ese veto ya de vuelta en el Congreso, porque requeriría mayoría absoluta (176 diputados), que no tendría garantizada, porque los PGE salieron adelante el pasado jueves de la carrera de San Jerónimo con 188 apoyos, pero si se le restan los 13 de ERC —suponiendo que no se descolgasen más grupos—, la suma se quedaría en 175 escaños, a uno de la absoluta. En definitiva, que a Pedro Sánchez se le plantea un camino no imposible, pero sí con más obstáculos de los previstos. Y, desde luego, no será el paseo militar que soñaba si no encauza, y rápido, la negociación con ERC.

1. ¿Qué significa el veto en el Senado?

El procedimiento legislativo en el Senado no es exactamente igual al del Congreso. Cuando un proyecto de ley del Gobierno (caso de los PGE) o una proposición de ley (redactada por los grupos) es aprobado por la Cámara baja, el Senado tiene dos meses para aprobarlo (con o sin enmiendas) o bien para oponer su veto, bien a todo el texto o bien a alguna de sus partes.

La Mesa de la Cámara alta, que preside el socialista Ander Gil, ya aprobó el 10 de noviembre el calendario de tramitación de los Presupuestos para 2022. Y estableció que el plazo de presentación de propuestas de veto generales y a las secciones se extendiera hasta las 12 horas del viernes 3 de diciembre. El debate de las propuestas de veto arrancará en el pleno que comenzará el jueves 9 de diciembre, justo después del puente de la Constitución.

El artículo 122 del reglamento del Senado establece lo siguiente: "Para la aprobación de una propuesta de veto será necesario el voto favorable de la mayoría absoluta de senadores". Y si resulta aprobada, "el presidente del Senado dará por concluido el debate sobre el proyecto afectado, y lo comunicará a los presidentes del Gobierno y del Congreso de los Diputados, trasladándoles el texto de la propuesta".

Si, por el contrario, el pleno de la Cámara alta no aprueba ningún veto, el proyecto sigue discutiéndose en ponencia y comisión, hasta que de nuevo se estudia el texto en sesión plenaria a partir del 21 de diciembre. Si el Senado introduce modificaciones, estas habrán de ser respaldadas o rechazadas por el Congreso. Si no se cuelan cambios, el texto se aprueba definitivamente y se publica en el BOE. Esta última opción es aquella en la que había pensado el Gobierno: que la redacción salida del Congreso no sufriera mutación a su paso por la Cámara alta y de ahí caminara al BOE.

2. ¿Tiene ERC a su alcance poder tumbar los PGE?

Sí y no. En el Congreso, todas las enmiendas de totalidad presentadas por los grupos se votan conjuntamente. En el Senado, en cambio, se van votando los vetos uno a uno, pero puede ocurrir, como de hecho ya pasó en la época de José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, que el PP apoye las propuestas de otras formaciones para con ello infligir un castigo al Gobierno. Entre 2004 y 2011, el Ejecutivo socialista vio tumbados sus Presupuestos en el Senado en cuatro ocasiones: en los de 2005 y 2011 prosperó el veto del BNG; en los de 2008, triunfó el veto parcial de CiU a la sección de Vivienda, y en los de 2009 salió adelante el no de ERC.

¿Cómo se compone hoy el Senado? Sienta a 265 señorías, por lo que la mayoría absoluta se sitúa en 133 votos. El PSOE dispone de 114 escaños. Le sigue el PP (100), el grupo de ERC-EH Bildu (16), PNV (10), Izquierda Confederal (Adelante Andalucía, Compromís, Més per Mallorca, Geroa Bai, Más Madrid y Agrupación Socialista Gomera), con 6; Junts-Coalición Canaria (6), Ciudadanos-Teruel Existe-PRC (6) y Mixto (Vox, PAR, UPN y dos independientes ex de Cs), con 7. Socialistas y PNV suman 124 senadores, y necesitarían a nueve más para alcanzar la mayoría absoluta. En la Cámara alta, el PSOE tiene varias señorías de partidos afines, pero no cuenta con Unidas Podemos, porque se quedó sin representación. Sumando a Compromís (1), Más Madrid (1), ASG (1), Teruel Existe (2), PRC (1) y Partido Aragonés (1) llegaría hasta 131.

ERC cuenta con 14 senadores propios (los otros dos de su grupo los aporta Bildu, que la semana pasada apoyó los Presupuestos pero que también se siente concernida por la cuestión lingüística). Se le podrían adherir los 100 parlamentarios del PP, más JxCat-CC (6), Cs (3), Vox (3), los dos independientes y UPN (1). Serían 129, o 131 si se añaden los dos de Bildu. La llave la tienen, por tanto, Adelante Andalucía, Més y Geroa Bai. Tres escaños que pueden decantar la balanza.

Aritméticamente, el frente del no es posible, pero políticamente no es tan sencillo armar esa alianza.

3. ¿Qué pasa si el Senado veta los PGE?

Si prospera un veto a todo el proyecto de ley o a una de sus secciones, entonces el texto regresa intacto al Congreso. El artículo 122 del reglamento de la Cámara baja señala cuál es el siguiente paso: "En caso de que el Senado hubiera opuesto su veto a un proyecto de ley, el debate se ajustará a lo establecido para los de totalidad. Terminado el debate, se someterá a votación el texto inicialmente aprobado por el Congreso y, si fuera ratificado por el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara, quedará levantado el veto".

Pero "si no obtuviese dicha mayoría, se someterá de nuevo a votación, transcurridos dos meses a contar desde la interposición del veto". "Si en esta votación el proyecto lograse mayoría simple de los votos emitidos, quedará, igualmente, levantado el veto; en caso contrario, el proyecto resultará rechazado", sigue el artículo.

En la Cámara baja, el bipartito sacó adelante el proyecto de ley con 188 votos y el apoyo de 11 partidos: PSOE (120 diputados), Unidas Podemos (34, uno menos, porque la vacante de Alberto Rodríguez sigue sin cubrir), ERC (13), PNV (6), Bildu (5), PDECat (4), Más País-Equo (2), Compromís (1), Partido Regionalista de Cantabria (1), Nueva Canarias (1) y Teruel Existe (1). Si se borraran los 13 escaños de los republicanos, la cuenta bajaría hasta los 175 diputados, a uno de la mayoría absoluta, salvo que UP encontrara repuesto a Alberto Rodríguez. Pero ERC suele actuar de manera coordinada con Bildu, de modo que el Gobierno podría sufrir para levantar el veto.

4 ¿Qué ocurrirá entonces ahora?

Que el Gobierno de Pedro Sánchez está obligado a negociar contrarreloj, por mucho que distinga entre Presupuestos y ley audiovisual. El viernes acaba el plazo de presentación de los vetos, y ahí será la primera prueba a superar. Si no evita el no de ERC, tendrá que intentar que no prospere ningún veto general ni a las secciones en el pleno que comienza el día 9.

Pero, como advertían fuentes del Grupo Socialista en la Cámara alta, aunque se supere esta primera fase, el lío podría seguir si no se ha cerrado la fisura con ERC. Porque los republicanos podrían sumarse a otros grupos para aprobar enmiendas parciales. Ello descuadraría los planes del Gobierno, que aspiraba a que no se respaldara ninguna modificación en el Senado. Si la Cámara alta da el visto bueno a cambios, el proyecto de ley volvería al Congreso, que solo puede o ratificarlos o rechazarlos para retornar al texto original, pero el pleno no puede introducir transaccionales. Así que a la mayoría de legislatura del bipartito le faltan todavía varias pruebas de resistencia. Todo dependerá de las conversaciones con ERC de las próximas horas, de los próximos días.