A lo largo de 2021 se produjeron 921 accidentes mortales en vías interurbanas (carreteras, autopistas y autovías) con un resultado de 1.004 muertos y 3.728 heridos graves. Es el principal dato de la siniestralidad vial en España en un año que recuperó casi totalmente la movilidad en carretera, tras el confinamiento y las medidas restrictivas de traslados que se impulsaron en 2020 en la fase dura de la pandemia.

Esa es la razón que ha llevado este viernes a la Dirección General de Tráfico (DGT) ha hacer su comparativa de los datos de 2021 con respecto a los de 2019 y no con respecto a 2020, para que las subidas y bajadas sean más inteligibles. Para el caso de los accidentes con resultado de muerte en el momento mismo del siniestro o en las 24 horas posteriores, el número de fallecidos registra un descenso del 9%. Según el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, "es el mejor año de la serie". En 2011 se produjeron 1.484 fallecimientos en accidentes de tráfico en carretera, con una media de 4,1 muertes al día, y en el año que acaba de concluir la media ha bajado a 2,8 óbitos al día. Es una bajada del 32%.

El número de heridos graves también desciende: son 755 menos (un descenso del 16%) de los contabilizados en 2019.

El titular de la cartera de Interior ha presentado este viernes los datos en la sede de la DGT destacando "la tendencia positiva de reducción de la siniestralidad de la última década", aunque, "la valoración no puede ser positiva porque 1.004 fallecidos en carretera el pasado año son demasiados”, ha dicho.

El ministro ha intentado no utilizar la palabra "accidente", y sí el término "siniestro". No le gusta la primera, "porque ahí parece que nadie tiene responsabilidad; en el siniestro hay responsable, y hay violencia vial". De hecho, en un momento de su intervención ha llamado "víctimas de la violencia vial" a los muertos y heridos que desfilan por las estadísticas.

Sobre el ámbito de la responsabilidad penal de las imprudencias en la carretera con resultado de muerte saben también en las cárceles. Hace un mes, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias difundió un retrato robot del asesino vial: varón, 35 años y borracho.

Demasiado rápido

Las dos principales situaciones en que se han producido estos siniestros son las salidas de la vía (39%) y la colisión frontal o frontolateral (32%). Las primeras, pese a su alta letalidad, registran un descenso del 7% de muertes.

En todos los casos, ha subrayado Marlaska, la causa ha sido una velocidad inadecuada. De cada cuatro muertos, tres (723) perdieron la vida en carreteras convencionales; el resto (281) en autovías y autopistas. En las segundas se ha registrado un descenso de mortalidad del 8%. En las primeras también ha habido descenso: del 9%.

Los 1.004 fallecidos de 2021 se han producido a lo largo de un año de recuperación total de la movilidad. La DGT cuenta 393,7 millones de desplazamientos de largo recorrido, todavía un 8% menos que en 2019, para un parque de 33,2 millones de vehículos y 27,3 millones de conductores. El verano de 2021 ya mostraba un panorama similar al de antes de la pandemia: hubo un 5% más de desplazamientos que en 2019, pero un 12% menos de siniestros con resultado de muerte.

Los más débiles

De toda la estadística, las autoridades de Tráfico han prestado especial atención a cómo la muerte se ceba con los menos protegidos, los que técnicamente se llaman "usuarios vulnerables", o sea: peatones, ciclistas y motoristas. Son en total 383, el 38% del total de fallecidos. En 2021, un total de 110 peatones perdieron la vida atropellados en vías interurbanas (8 menos que en 2019); 31 ciclistas murieron en el mismo escenario (9 menos que en 2019), y 241 motoristas (45 menos que en 2019).

Observando las cifras, el ministro del Interior ha concluido: "El reto están en la protección de los usuarios vulnerables". Desprotegidos están también quienes no usan casco o cinturón. De los fallecidos del año, 10 motoristas y 31 ciclistas no llevaba protección en la cabeza. Y en el interior de los turismos y furgonetas siniestradas, 140 fallecidos no llevaban puesto el cinturón. Grande-Marlaska ha estimado que "la mitad de ellos podrían haber salvado la vida" si se lo hubieran puesto.

Hay en las cifras de siniestralidad vial de 2021 otros datos llamativos. Cuarenta y dos días del año recién pasado acabaron sin nadie que enterrar; en 2019 fueron 30 días sin muertos.

Por edades, un descenso y una subida. El primero es el de la letalidad en accidentes con conductores mayores de 64 años: ha descendido en 2021 un 25%. La segunda es el crecimiento de la siniestralidad entre jóvenes de 15 a 24 años: un 23% de subida, 128 muertos.

Del primer fenómeno ha hablado Pere Navarro, director de la DGT, apuntando la influencia que la pandemia ha podido tener en una menor salida a la carretera de los mayores. Del segundo no hay una explicación oficial, aunque los expertos coinciden en señalar el ámbito de los festejos nocturnos de fin de semana como escenario temporal de estas desgracias.