Felipe VI ha levantado el veto para que Juan Carlos I pueda volver a España pero imponiendo sus condiciones. Podrá regresar pero no fijar aquí su residencia y sus estancias no supondrán un gasto adicional a la Corona. Después de meses de un continuo tira y afloja, con presiones en distintos ámbitos para que el anterior monarca dejara su retiro dorado en Abu Dabi y se le permitiera vivir de nuevo en su país, una vez que la Fiscalía del Tribunal Supremo archivase las investigaciones contra él, el acuerdo alcanzado está muy lejos de las pretensiones del Rey Emérito y suponen un nuevo mecanismo de protección de la institución ante cualquier efecto negativo de la figura de Juan Carlos I.

La Casa del Rey hizo público ayer un comunicado que reproduce el escrito enviado por el Rey Emérito a su hijo. En él le comunica que visitará España aunque "no de manera inmediata" y que sus estancias tendrán siempre carácter privado. La carta es en sí misma un reconocimiento de los errores cometidos y del desgaste que sus actos han tenido en la Monarquía. Igual que en el verano de 2020 Felipe VI forzó su salida por el daño que las informaciones sobre su fortuna oculta y las irregularidades en torno a este dinero hacían a la Corona, ahora accede a su vuelta pero tratando de controlar su impacto.

Residencia fiscal y ausencia de ingresos

"Conocidos los Decretos de la Fiscalía General del Estado", asegura la misiva, "por los que se archivan las investigaciones de las que he sido objeto, me parece oportuno considerar mi regreso a España, aunque no de forma inmediata". Prefiero, en este momento, prosigue, "por razones que pertenecen a mi ámbito privado y que solo a mí me afectan, continuar residiendo de forma permanente y estable en Abu Dabi, donde he encontrado tranquilidad, especialmente para este período de mi vida. Aunque, como es natural, volveré con frecuencia a España, a la que siempre llevo en el corazón, para visitar a la familia y amigos".

La razón de que no pueda pasar todo el tiempo que quiera en España y deba permanecer en Emiratos Árabes es que si está más de seis meses en nuestro país tiene que tributar a Hacienda, y como no tiene ingresos conocidos no quiere hacerlo. Felipe VI le retiró la asignación presupuestaria y renunció a su herencia en marzo de 2020. Si no fuera por la cuestión de la residencia fiscal, Juan Carlos I viviría permanente en España, como es su deseo. Pero al quitarle el dinero para su manutención no puede justificar el origen del dinero con el que sufragaría sus gastos.

Sin vida pública

"Me gustaría así culminar esta etapa de mi vida desde la serenidad y la perspectiva que ofrece el tiempo transcurrido", continúa su carta. Como bien sabes, en 2019 te comuniqué mi voluntad de retirarme de la vida pública, y así lo seguiré haciendo. En este sentido, tanto en mis visitas como si en el futuro volviera a residir en España, es mi propósito organizar mi vida personal y mi lugar de residencia en ámbitos de carácter privado para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible", señala.

Esto supone reconocer que su regreso deberá ser absolutamente discreto, algo que Zarzuela exigía, y que no podrá tener ningún tipo de vida pública. Como ha publicado este diario, desde que en octubre trascendió que la Fiscalía tenía intención de archivar todas las investigaciones contra él -algo que sucedió finalmente la semana pasada- la vuelta de Juan Carlos I a España se daba por segura. Pero para la Casa del Rey suponía un gran quebradero de cabeza porque las relaciones con Felipe VI están rotas y había que prever todas las consecuencias de su vuelta. Dónde alojarle o cómo pagar sus gastos eran las principales dudas.

Preocupación por los efectos de su vuelta

El Rey Emérito salió de España obligado por su hijo, no porque él pensara que de este modo contribuía a estabilizar la monarquía sino porque le forzaron hacerlo, y pedía no sólo volver sino residir en Zarzuela, donde ha vivido toda su vida. Con el paso de los meses fue asumiendo que no podría regresar hasta que la Fiscalía dejara de investigar el origen de su fortuna y también que Felipe VI se oponía a que estuviera de nuevo en Zarzuela.

Eso hizo que se valoraran otras residencias, que fueran patrimonio del Estado, para alojarse el tiempo que pasara en España. Pero en el entorno de Felipe VI la gran preocupación es que esto no generara ningún gasto adicional a la Corona. Había mucha inquietud porque su vuelta no exacerbara a los antimonárquicos o que Unidas Podemos pudiera utilizarlo contra el Rey actual.

Un triunfo de Felipe VI

Por eso finalmente se ha optado por la fórmula de "ámbitos de carácter privado", una precisión que deja meridianamente claro que el resto de posibilidades se habían contemplado. El texto está lleno de referencias que pueden considerarse una victoria de Felipe VI sobre los deseos de su padre. Recuerda que en agosto de 2020 "guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a España y a todos los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comuniqué mi decisión de trasladarme fuera de España, para facilitar el ejercicio de tus funciones", lo que significa reconocer que su marcha era necesaria por el bien de la Corona. Desde entonces, prosigue, "he residido en Abu Dabi, lugar al que he adaptado mi forma de vida y al cual agradezco enormemente su magnífica hospitalidad".

La carta acaba admitiendo que es "consciente de la trascendencia para la opinión pública de los acontecimientos pasados de mi vida privada y que lamento sinceramente", aunque también destaca, como siempre hace Felipe VI, que "siento un legítimo orgullo por mi contribución a la convivencia democrática y a las libertades en España, fruto del esfuerzo y sacrificio colectivo de todos los españoles". Este párrafo supone admitir claramente que algunas de las cosas que ha hecho marcan de manera indeleble su proyección pública, la imagen que los españoles tienen de él, por muy notable que haya sido su contribución a España.

Y es que, aunque la Fiscalía dio la semana pasada definitivamente carpetazo a las pesquisas contra Juan Carlos I por el cobro de una supuesta comisión de 65 millones de euros por la construcción del AVE a La Meca, por el uso de tarjetas opacas y por un fondo en el paraíso fiscal de Jersey, también se consta toda una serie de hechos que hacen muy difícil su rehabilitación. Se ha producido la absolución judicial pero no de su figura. Todas las informaciones sobre el manejo de su dinero a través de cuentas opacas, que ha podido acreditar la Fiscalía, hacían muy complicado un regreso institucional. Pero el acuerdo alcanzado, de visitas esporádicas a España, abre una puerta, hasta ahora cerrada, para que éste en su país y no el exilio en caso de enfermedad.