Condenado a 31 años de cárcel por cohecho, fraude fiscal, estafa y malversación de fondos públicos, Luis Roldán, el primer civil que dirigió la Guardia Civil y que protagonizó el escándalo de corrupción más sonado de los años noventa, ha fallecido esta noche a los 78 años en el Hospital de San Juan de Dios de Zaragoza.

Luis Roldán Ibáñez nació en 1943 en la capital aragonesa. Hijo de taxista, ingresó en el PSOE en 1976 y pronto inició su carrera política, ya que tras las primeras elecciones democráticas municipales fue teniente alcalde en Zaragoza.

Después fue miembro parlamentario de la Asamblea Provisional de Aragón y delegado del Gobierno en Navarra, tarea que desempeñó hasta que el 31 de octubre de 1986 fue nombrado en Consejo de Ministros director general de la Guardia Civil, cuerpo que por primera vez en la historia quedaba al frente de un civil.

Como máximo responsable de la Benemérita cosechó algunos éxitos que supusieron un hito en la lucha antiterrorista, como la desarticulación, en 1992, de la cúpula de ETA en Bidart (Francia) o la detención, en 1990, en Sevilla, de Henri Parot, miembro del comando itinerante.

Tampoco faltaron los momentos difíciles. La muerte en 1990 de dos etarras que se suicidaron al verse acorralados en la Foz de Lumbier (Navarra), arrojó un cúmulo de críticas y dudas sobre la actuación de los agentes.

Polémica suscitó también el desmantelamiento a finales de 1992 de la unidad antidroga de la Guardia Civil (UCIFA), catorce de cuyos miembros fueron procesados por pagar supuestamente con drogas a confidentes del cuerpo armado.

FUGADO CASI UN AÑO

A finales de 1993, su objetivo de ser ministro del Interior se vio truncado tras las informaciones publicadas por el periódico "Diario 16" sobre el incremento de su patrimonio desde que trabajaba como máximo responsable de la Guardia Civil. Fue destituido el 3 de diciembre de 1993.

El escándalo provocó la puesta en marcha de una comisión de investigación en el Congreso que concluyó, en junio de 1994, que Roldán concedió "a dedo" obras del Instituto Armado cobrando comisiones a través de su testaferro Jorge Esparza, así como que desvió fondos reservados para fines particulares.

Pero para entonces, Roldán ya no se encontraba en España. El 26 de abril de ese año, y ante las evidencias que se acumulaban contra él, se fugó. Acto seguido, el ministro del Interior, Antonio Asunción, presentó su dimisión.

Buscado durante diez meses, fue finalmente localizado en Laos y detenido el 27 de febrero de 1995 en el aeropuerto de Bangkok, desde donde fue conducido a España para ingresar en la cárcel de Brieva (Avila).

El 26 de febrero de 1998, cuatro años después del comienzo del escándalo, Roldán fue sentenciado a 28 años de cárcel por los delitos de malversación, estafa, cohecho y cinco delitos contra la hacienda pública.

El tribunal, que estimó su patrimonio en unos 1.700 millones de pesetas, consideró probado que "amparado en su cargo público", se apropió de fondos reservados, exigió comisiones por obras y defraudó a la hacienda pública.

La Audiencia Provincial de Madrid le impuso además una multa de 1.600 millones de pesetas (9.616.000 euros) y le condenó al pago de dos indemnizaciones al Estado por valor de 578 millones (3.473.000 euros) por un delito continuado de malversación de caudales públicos y 957 millones de pesetas (5.751.000 euros) por cinco delitos contra la hacienda pública.

La Audiencia madrileña añadió en 1998 a la sentencia del caso los mil millones de pesetas de multa que se le olvidó imponer a Roldán y a su esposa, en el fallo por delito fiscal de ambos.

Un año después el Tribunal Supremo aumentó de 28 a 31 años de cárcel la pena impuesta al añadir el delito continuado de falsedad en documento mercantil.

Para entonces, Roldán ya acumulaba otra condena pues la Audiencia de Navarra le condenó también dentro del "caso Urralburu" (trama navarra del caso Roldán) a tres años de cárcel por inducción al cohecho, en un juicio en el que fueron condenados además el ex presidente de Navarra Gabriel Urralburu y su consejero de obras públicas Antonio Aragón.