Pedro Sánchez ha aterrizado este jueves en Rabat absolutamente convencido de que el cambio de posición sobre el conflicto del Sáhara y el respaldo al plan autonomista marroquí será muy beneficioso para España. No le pesa el veto del Congreso, que este mismo jueves rechazó de manera unánime el giro del Ejecutivo. En su opinión, lo realmente importante para Marruecos es "lo que diga el presidente".

Así lo trasladó en una conversación con los periodistas que le acompañan en el avión, poco antes de dirigirse al Palacio Real donde mantuvo una audiencia con Mohamed VI, a la que también asistieron los ministros de Exteriores de ambos países, José Manuel Albares y Nasser Bourita. Tras ella asiste, en pleno Ramadán, a la cena con el monarca en la que los musulmanes rompen el ayuno de todo el día. Un gesto que hasta ahora el rey marroquí sólo ha tenido con Juan Carlos I, y posteriormente con Felipe VI y la reina Letizia, y que debe solemnizar la apertura de una nueva etapa en las relaciones con España, tras 15 meses de crisis.

Las primeras señales, después de este largo distanciamiento, fueron ciertamente, satisfactorias. Sánchez y Mohamed se saludaron de pie y después se sentaron para comentar, en español, el tiempo que habían pasado sin verse, desde noviembre de 2018 (la primera y única visita del presidente). El jefe del Ejecutivo transmitió el saludó de Felipe VI y también felicitó a Marruecos por la buena evolución de la pandemia.

A la espera de un pronunciamiento del presidente, tras la cena con Mohamed VI, Marruecos hizo público un comunicado en el que aseguró que señaló que el rey marroquí y el presidente español han reiterado su voluntad de abrir una nueva etapa basada en el "respeto mutuo", la "confianza recíproca", la "concertación permanente" y la "cooperación franca y leal"

Pedro Sánchez y José Manuel Albares, junto a Mohamed VI. EFE

El Gobierno espera mucho de esta visita. Según explicó a los medios de comunicación, el presidente piensa que este encuentro "va a desencadenar cosas muy positivas" y que se "irán produciendo noticias a lo largo de los próximos días". En ese sentido, enfrió que esta misma noche pueda dar cuenta de todo lo que representará esta nueva fase de cooperación con Marruecos. No está previsto ningún comunicado conjunto. España se da por satisfecha con la inclusión en la carta que el presidente envió a Mohamed VI del respeto mutuo a la "integridad territorial" y el compromiso de no impulsar "acciones unilaterales".

Esa misiva es la que certificó el giro histórico sobre el Sáhara al apuntar que el plan de autonomía marroquí era la "base más seria, realista y creíble para solucionar el diferendo". Un cambio que Sánchez reconoce -"se ha dado un paso más, sin duda"- pero que justifica en que es "bueno" para los intereses de España. Porque "había que normalizar las relaciones con Marruecos" y porque cree, además, que es la "mejor salida" para resolver un conflicto territorial que está enquistado desde hace casi cinco décadas, cuando en 1975 España abandonó esta colonia en el norte de África.

Sánchez viaja a Marruecos con la reprobación del Congreso respecto al Sáhara

Sánchez viaja a Marruecos con la reprobación del Congreso respecto al Sáhara Agencia ATLAS | Foto: EFE

Esto es lo que defendió también en la entrevista matutina que tuvo con el nuevo presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en La Moncloa, quien le afeó la manera de abordar esta modificación de un asunto fundamental en la política exterior. Pero, aunque de ese tema se habló en la cita, Sánchez asegura que Feijóo no le ha aclarado cuál es la posición del PP sobre el Sáhara y sobre Marruecos.

El presidente subraya que la solución se alcanzará en el seno de la ONU, con el trabajo que está haciendo el nuevo enviado especial Staffan de Mistura, que será Marruecos y el Frente Polisario quienes decidan y que, y esto es lo más relevante, que varios países, "que no son menores", como EEUU, Francia y Alemania apoyan la vía de la autonomía.

Sánchez aterriza en Rabat para escenificar el acercamiento entre España y Marruecos

Sánchez aterriza en Rabat para escenificar el acercamiento entre España y Marruecos Agencia ATLAS | Foto: EFE

Y aunque la contrapartida ha sido el enfado de Argelia, que ha retirado su embajador en Madrid, el jefe del Ejecutivo no considera que represente ningún peligro para el suministro de gas y circunscribe una subida de los precios a la negociación entre este país y los operadores privados españoles de energía. "Estamos trabajando para retomar la normalidad", comentó. Mientras, resaltó, continúa sin contratiempos la colaboración con Argel en materia de inmigración y de seguridad.