"La actitud de todos los miembros del PP de Galicia está siendo absolutamente impecable". El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quiso aplacar este viernes la creciente tensión existente en el seno popular ante la sucesión doble que debe afrontarse para cubrir su salto a liderar el partido a nivel estatal. Por un lado, nuevo jefe de filas del PPdeG. Por otro, nuevo presidente del Ejecutivo gallego.

Sus palabras se producen días después que el barón del PP coruñés, Diego Calvo, evitase apoyar a Alfonso Rueda, vicepresidente primero de la Xunta, como la mejor alternativa para tomar las riendas del gobierno y pidiese un congreso orgánico "pronto". También su homólogo en Ourense, José Manuel Baltar, reclamó un cónclave para evitar el "dedazo".

Ambos movimientos respondían al deseo de ganar cuota interna en el nuevo PPdeG post Feijóo. El jefe del Ejecutivo quiso aplacar el ruido. "Tengo que decir que la actitud de todos los miembros del PPdeG está siendo absolutamente impecable. Me ayudaron a ser presidente de la Xunta y del partido mucho tiempo", inició. "Están colaborando todos con la transición repentina, pero llena de normalidad y tranquilidad democrática", añadió.

Feijóo reconoció que está dialogando con sus compañeros de partido, especialmente con los presidentes provinciales. Negó cualquier "preocupación" y recordó que "por encima de cualquier planteamiento personal legítimo está garantizar la estabilidad del gobierno [autonómico]".

En ese punto, evitó responder a la pregunta de si quiere que la misma persona lo releve al frente de Xunta y de PPdeG y aseguró que el nuevo presidente del Ejecutivo será el que decida si mantiene el gobierno actual.