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40 años del Parlamento de Canarias

Batet pide preservar la palabra y no convertirla en "arma de destrucción"

Los parlamentarios de Podemos dejan vacíos sus asientos en la celebración del 40 aniversario de la autonomía en protesta por la decisión de la presidenta del Congreso de retirarle a Alberto Rodríguez su escaño en la Cámara Baja

Meritxell Batet.

Meritxell Batet formuló este jueves dos deseos en voz alta: la vuelta de la política a los grandes consensos y el fin del uso de la palabra como "arma de destrucción del adversario". La presidenta del Congreso de los Diputados fue la invitada de excepción en el acto solemne con que el Parlamento de Canarias conmemoró los 40 años de autogobierno en las Islas al calor del estado de las autonomías. Un sencillo acto que apenas duró 45 minutos y al que no asistieron los cuatro diputados de Podemos en señal de protesta por el caso de Alberto Rodríguez. Los parlamentarios del partido morado no le perdonan a Batet su decisión de retirarle el escaño al excongresista tinerfeño, condenado por dar una patada a un policía en una sentencia que dio lugar a opiniones enfrentadas sobre si debía implicar, o no, la pérdida del acta de diputado. En cualquier caso, los representantes de Podemos en la primera institución del Archipiélago no escucharon a la presidenta del Congreso –no al menos desde sus asientos en el salón de plenos– cuando recordó que "el reino absoluto del consenso sería el cementerio de la política".

En un discurso en el que se esmeró por hacer referencia a las singularidades de la autonomía canaria, Batet apeló en varias ocasiones al diálogo y la palabra. Y al hacerlo dejó patente su preocupación por la perversión de esta última y la transformación que a su juicio ha experimentado: en boca de algunos, la palabra ha dejado de ser herramienta para convertirse en «arma», explicó. "La palabra deja de ser un instrumento de persuasión para transformarse en arma de destrucción del adversario, alentando desde la política extremismos innecesarios, estériles y dañinos", argumentó la que fuera ministra de Política Territorial y Función Pública de 2018 a 2019, en el primer Gobierno de Pedro Sánchez. En esta línea, Batet no dudó en calificar de "profundamente irresponsable" el empleo de la "crispación" y la "división" como "medio para hacer política".

No obstante, la socialista –a la que recibieron a su llegada a la sede del Parlamento dos correligionarios del PSOE: los presidentes del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres, y de la Cámara autonómica, Gustavo Matos– puntualizó a renglón seguido que incluso desde la más ferviente defensa del diálogo siempre debe reconocerse una serie de principios, valores y conquistas inmutables. Unos «"archipiélagos de acuerdo y consenso" dentro del océano del debate político. Porque, en definitiva, "no todo el territorio de la política debe ser materia de discusión". Al margen deben quedar, citó la presidenta del Congreso, la Constitución y los estatutos de autonomía que de ella se derivan.

Volcán de La Palma

Batet, que no se olvidó del sufrimiento de los palmeros por la erupción del volcán –"todos los españoles hemos sido La Palma"–, explicó que estos días ha visitado la frontera entre Polonia y Ucrania. Allí pudo conocer de primera mano las historias de tantas mujeres refugiadas –la mayoría de los refugiados, como recordó la presidenta de la Cámara Baja, son mujeres que ven a sus maridos, padres o hermanos regresar a Ucrania para combatir contra las tropas invasoras rusas– a las que de alguna manera se les deben todos los esfuerzos que hagan falta para «fortalecer la democracia». Porque la democracia, agregó, es la vía para "ser más útiles" en la tarea de dejar atrás "los sufrimientos". En este sentido, Meritxell Batet apuntó que el acto solemne en el Parlamento de Canarias supone "una reivindicación de la institucionalidad democrática" acaso más necesaria que nunca.

Una reivindicación singular por cuanto sirvió de celebración de los 40 años del Estatuto de Autonomía y de la asamblea legislativa de una comunidad con singularidades. Singularidades blindadas en la reforma estatutaria de 2018, como ese "mecanismo particular", expuso Batet, en virtud del cual el Parlamento canario debe tener voz en aquellas normas de rango nacional que afecten al REF.

"Un mecanismo singular que pone de relieve la especificidad de este Parlamento", continuó la presidenta del Congreso ante las principales autoridades civiles, políticas y militares del Archipiélago. Entre ellas estuvieron, al margen de Ángel Víctor Torres y Gustavo Matos, el expresidente de la Cámara isleña José Miguel Bravo de Laguna y los senadores Fernando Clavijo, Asier Antona y Santiago Pérez. «El éxito colectivo de más de cuatro décadas no se entiende sin la aportación capital del estado de las autonomías, un hecho histórico que no se puede negar», afirmó Batet.

Gustavo Matos, como presidente de la primera institución del Archipiélago, precedió en la palabra a la exministra con un discurso con cierta carga política. El también socialista expuso que la conmemoración de los 40 años de autogobierno en las Islas –la fecha exacta a recordar es el 10 de agosto de 1982, día de la promulgación de la Ley orgánica del primer Estatuto de Autonomía de Canarias– coincide con un momento en el que una «doble amenaza» se cierne sobre el parlamentarismo y sobre el mismo estado de las autonomías. Sobre los regímenes parlamentarios como «espacios de convivencia, de tolerancia y de progreso» y sobre el estado autonómico como sistema de organización político-territorial del país. Ambos están siendo atacados, argumentó el presidente del Parlamento, por "la amenaza global a las democracias liberales" y, dentro de España, por quienes apuestan por la recentralización competencial, es decir, por que el Estado vuelva a asumir funciones cedidas a las Comunidades Autónomas. "Fuerzas políticas", ahondó Matos en clara alusión a Vox, que "abogan" por retroceder en términos de autogobierno, "un ataque directo al consenso institucional de 1978". "En nuestro país existe no ya un riesgo lejano, sino una amenaza real de retroceso", añadió la segunda autoridad de las Islas.

En línea con lo anterior y en línea también con el posterior discurso de Meritxell Batet, aunque en el caso de la presidenta del Congreso en términos más estrictamente institucionales, Gustavo Matos pidió a los defensores del autogobierno un esfuerzo extra y un mayor compromiso si cabe para convertirse en "serios activistas de la democracia y la autonomía".

Por último, el principal representante del Legislativo autonómico dijo que en el actual escenario geopolítico, un escenario "en el que el mundo se resetea", también Canarias "debe pensar qué quiere ser". Y este cumpleaños de autogobierno, enfatizó, "debe así servir para que soñemos la Canarias que queremos". Máxime tras todo lo ocurrido en los últimos tres años, tal vez el trienio más negro que se recuerde "en décadas", lamentó Matos. "Transmitamos fe en nuestra Comunidad Autónoma y en las instituciones que tienen que asumir la defensa de los intereses canarios y el desarrollo equilibrado de las Islas", concluyó el presidente del Parlamento, que hizo suyas de este modo las palabras, 40 años atrás, del primer presidente de la asamblea legislativa de la región, Pedro Guerra Cabrera.

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