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Casa Real

Los incondicionales, y poderosos, del Rey Emérito en Sanxenxo

Descubre el círculo de incondicionales de Juan Carlos I cada vez que visita la localidad pontevedresa

Don Juan Carlos y Pedro Campos, en una de sus anteriores visitas a Sanxenxo.

Los problemas de cadera padecidos por el monarca, que fueron una de las causas de su abdicación en favor de su hijo Felipe VI, impidieron a don Juan Carlos practicar su deporte favorito durante varios años. Llegó un momento en que incluso pensó que ya no podría volver a hacerlo, y mucho menos a competir. Pero allí estaban sus amigos de Galicia para devolverle la ilusión: "Ocurrió -relata Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico "Juan Carlos I" de Sanxenxo- que cada vez que nos veíamos, él me decía que su sueño era poder volver a navegar, así que nos pusimos a hablar del tema unos cuantos amigos del mundo de la vela, entre ellos Josep Cusí y Mauricio Sánchez Bella Carswell". "Mauricio -prosigue Pedro- había adquirido y restaurado un tipo de barco ya muy antiguo, que no se fabricaba desde hacía muchos años, pero que resultaba el ideal para que Su Majestad pudiese volver a tomar la caña: se trata de un barco estrecho, donde tanto el patrón como el resto de la tripulación van muy encogidos, muy fijados a sus puestos. Es duro pero, en cambio, es más seguro en el sentido de que, a bordo, apenas te puedes mover".

Fue así como nació la actual Flota de 6mR, las siete joyas del mar construidas entre 1929 y 1946 que representan una de las principales bazas para la definitiva proyección internacional de las Rías Baixas como sede de un tipo de navegación segura, que ya está comenzando a llamar la atención de un turismo de lujo que llega a Galicia animado precisamente por las cada vez más frecuentes visitas del rey navegante. "Para nosotros su presencia aquí es, por encima de todo, un honor, pero es que, además, teniendo en cuenta su prestigio internacional, hay que agradecer la gran promoción de la vela y de nuestros clubs y nuestras rías que conllevan sus visitas. De hecho, de esto ya se está hablando en todo el mundo náutico y hay empresarios muy importantes que están llegando aquí y que confiesan sentirse impresionados tanto por la calidad de nuestras instalaciones como de nuestra geografía pero, muy especialmente, por la posibilidad que ofrecen las rías de navegar en meses en los que en otros países no es posible".

Uno más a bordo y en las distancias cortas

En el libro "El rey y el mar" del periodista Ignacio Gómez Zarzuela se pueden encontrar cientos de anécdotas acerca del monarca emérito y su pasión navegante. En una de ellas, uno de sus más veteranos amigos, Josep Cusí, que le acompañaba a bordo en esa ocasión, relata que "durante una regata con viento muy fuerte, don Juan Carlos, al timón, tuvo un pequeño incidente que le produjo una lesión en su mano. Toda la tripulación estaba paralizada. Las maniobras estaban interrumpidas y otros barcos nos superaron rápidamente, hasta que el Rey rompió el silencio diciendo: ¿Qué les pasa, esperan ver salir sangre azul? ¡Ayúdenme, denme una mano, vuelvan a sus puestos y vayamos hacia la llegada!".

El inglés Dubens (Grupo Oakley), el italiano Bertelli (Grupo Prada) y el venezolano Juan Carlos Escotet (Abanca), entre los habituales de la "tripulación" real en Galicia

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Es una curiosa y simpática historia que confirma lo que Pedro Campos, sin duda uno de los mejores regatistas gallegos de todos los tiempos, nos responde cuando le preguntamos: "¿Que como es don Juan Carlos a bordo? Pues la verdad es que nos lo pone a todos tan fácil que a veces hasta nos olvidamos de quién es y lo que representa; claro que, por si no nos olvidamos, él es el primero que nos avisa: Cuando yo haga algo mal, decídmelo ¿eh?. Por supuesto, lo tratamos de Señor, pero me consta que a la hora de navegar lo que más desea es ser tratado como un miembro más de la tripulación, en este sentido no quiere ningún tipo de privilegio".

Juan Carlos I, con su armador y gran amigo, Josep Cusí en Sanxenxo.

Pedro Campos es uno de los hombres que más veces ha navegado a la vera de don Juan Carlos, pero reconoce que en su relación con el monarca hay un antes y un después de aquel año 2000 en que lo invitó por vez primera a las antiguas instalaciones del Náutico de Sanxenxo: "Después del acto de presentación del equipo español de la Sardiña Cup, del que formaba parte, decidimos trasladarnos en barco hasta la isla de Ons para comer allí. Él había estado mucho en Galicia cuando se formó en la Escuela Naval de Marín pero, paradójicamente, nunca había pisado Ons y, la verdad, la illa le pareció un sitio fantástico. Creo que de esa visita data su devoción por los percebes que, como todos los que le conocen bien podrían confirmar, es su marisco favorito...Y con mucha distancia sobre los demás".

Con Mauricio Sánchez-Bella, piloto de aviación, arquitecto y armador.

Aquel fue el inicio de la relación del Juan Carlos I navegante con las rías gallegas. Si primero fueron Sanxenxo y las Ons, después serían Baiona, A Coruña... Galicia se convirtió en uno de sus lugares preferidos para lo que a él más le gusta, navegar a vela, un deporte en el que tiene un palmarés impresionante desde que, en 1972, todavía era Príncipe, representase por primera vez a España en los Juegos Olímpicos de Münich.

José Luis Angoso, director de Innovación y Alianzas de Indra.

La flota 6MR, amigos y competidores de su majestad.

Las amistades deportivas y personales de rey emérito han propiciado que tras los nombres de los veleros que integran la denominada 6MR, encontremos personajes de popularidad nacional e internacional. Echemos un repaso a la flota y sus propietarios:

Patricio Bertelli, director ejecutivo del Grupo Prada.

El "Acacia" es el barco de Mauricio Sánchez Bella Carswell, piloto de aviación, arquitecto, empresario y, junto a Pedro Campos, acompañante imprescindible de las aventuras náuticas de don Juan Carlos en Galicia; el "Ian" pertenece a César Elízaga, todo un experto en finanzas de la navegación a vela; el "Caprice" es de José Luis Angoso, director de Innovación y Alianzas de Indra; está el propio "Gallant", con don Juan Carlos a la caña, con Josep Cusí y Pedro Campos de coarmadores, y una tripulación compuesta, además de por el rey y Campos, por Alberto Viejo, Pablo Iglesias, Fernando Echávarri y Roi Álvarez; el "Alí Babá II" es de Peter Dubens, fundador de Oakley y su grupo de empresas. Dubens es uno de los principales empresarios de Internet de Inglaterra. Por su parte, ell "Aída" es el barco de Juan Carlos Escotet, presidente de Banesco y vicepresidente de Abanca, y de Francisco Botas, consejero delegado de Abanca.

El ingeniero naval y escritor Íñigo Echenique.

A este sexteto se uniría el "Erika" del empresario venezolano afincado en Londres José Álvarez que, patroneado por su hija Violeta, se convertirá en el primer 6mR liderado por una mujer.

La tripulación gallega

Cierto es que, desde su abdicación y tras su recuperación, cuando don Juan Carlos visita Sanxenxo lo hace con un solo objetivo: navegar. "Lo que hace cada día cuando está aquí está regido por la navegación aunque, claro, también aprovecha para disfrutar de nuestros paisajes y, por supuesto, de nuestra gastronomía", cuenta Pedro Campos.

Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca.

De ello se ocupan sobre todo sus hombres de confianza en Sanxenxo, un círculo habitual a cuyos miembros gusta identificar como su "tripulación gallega". De ella forman parte tanto sus amigos de aquí como los que han venido atraídos por el propio Rey del resto de España y de fuera de nuestro país, un grupo en el que, a los citados, hay que sumar los Iñigo Echenique, Patricio Bertelli, Jaime Rodríguez Toubes, Laureano Wezner, Miguel Lago...

Francisco Botas, consejero delegado de Abanca.

Restaurantes como Casa Román (Pontevedra), Berto (O Grove), Marina Davila (Vigo) o Carlos I de Sanxenxo, siempre con la discreción por bandera, acostumbran a ser los lugares de solaz en esta nueva etapa de la vida del rey que "ahora tiene más tiempo libre y, claro, no viene con la agenda tan apretada", revela Campos.

Peter Dubens, fundador de Oakley, uno de los más importantes empresarios de Internet.

Aquella visita a Ons

En el restaurante "Casa Checho" de la isla de Ons aún ocupa un lugar de privilegio la foto que muestra al propietario del local a la vera de don Juan Carlos. Es un recuerdo de la visita realizada por el hogareño rey emérito el 5 de septiembre de 2000, un acontecimiento considerado como histórico por todos los isleños.Con celosa discreción, Checho y su personal de cocina guardaron el secreto del encargo que se le había hecho desde el Náutico de Sanxenxo. Nadie, salvo los "implicados" y algunos vecinos más de la illa, supo de aquella visita hasta que del catamarán que a las 14.45 horas atracó en el muelle vieron salir, ante su sorpresa, no ya solo al de aquella presidente de la Xunta, Manuel Fraga, con sus conselleiros José Cuiña, Jesús Pérez Varela y Carlos del Álamo, sino también al mismísimo rey de España, don Juan Carlos I.Durante el pequeño paseo que lleva desde el puerto al restaurante, el monarca derrochó su simpatía ante las miradas de veraneantes y colonos que no daba crédito a lo que veían. En "Casa Checho" habían estado trabajando desde las 3 de la mañana en la preparación de un menú compuesto por camarones, percebes, rodaballo y pulpo, con tartas de queso y manzana y helado de postre. Manuel Fraga no desaprovechó la oportunidad para demostrar su maestría en la preparación de la queimada de rigor, amenizada por un gaitero.A la salida, el rey volvió a demostrar su afabilidad y "olvidó" la rigidez del protocolo para darse un pequeño baño de multitudes. Primero, besó a una niña que estaba en la "primera fila" y, acto seguido, saludó a todos los presentes que le estaban esperando en los contornos de "a de Checho".A las seis de la tarde, don Juan Carlos y su comitiva partían a bordo del catamarán mientras en Casa Checho iniciaban la tarea de recoger mesas y manteles.Todavía tardarían unas cuantas horas más en poder descansar de aquel "desafío" que, para ellos, fue como el de la Copa América, pero en versión gastronómica.


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