Juan Carlos I estuvo este lunes 11 horas de visita en el Palacio de la Zarzuela, la que fue su casa durante 57 años. Allí se vio con varios de sus familiares, con Felipe VI a la cabeza. Es la primera vez que se reunía con su hijo y su esposa, la reina Sofía, desde agosto de 2020, cuando decidió irse a vivir al extranjero para intentar amortiguar el daño que sus escándalos estaban haciendo a la monarquía.

Según el comunicado hecho público por la Casa del Rey, padre e hijo mantuvieron "un tiempo amplio de conversación" en el que el actual jefe del Estado le reprochó los numerosos escándalos que se han conocido en los últimos años sobre su fortuna oculta. Literalmente, la nota dice que los dos reyes hablaron de "cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española desde que el emérito decidió trasladarse a Abu Dabi". Al final del comunicado de la Casa del Rey, no obstante, Felipe VI abre la puerta a que el emérito vuelva a instalarse en España, tal como Juan Carlos I advirtió en la carta que le mandó en marzo. El hijo recuerda, eso sí, que el emérito dijo que residiría en residencias de "carácter privado" para "continuar disfrutando de la mayor privacidad posible". Por eso, entre otras cosas, no ha pernoctado ni una sola noche en la Zarzuela en esta primera visita. El exjefe de Estado se fue directamente del Palacio al aeropuerto de Barajas para coger un avión privado y volver a Emiratos Árabes Unidos.

El comunicado explica que ha habido un almuerzo familiar con Juan Carlos I en el que han participado Felipe, Letizia, la infanta Sofía, Elena y sus hijos y la infanta Margarita y Carlos Zurita. La reina Sofía no ha podido compartir el almuerzo propiamente, detalla el comunicado, porque ha dado positivo tras su viaje de Miami. No obstante, se ha quedado en el mismo salón con la familia con la "preceptiva mascarilla y las medidas de ventilación correspondientes". Felipe VI ha decidido finalmente no facilitar una fotografía de la reunión, para encuadrar la relación con su padre en el ámbito estrictamente familiar.

Los comensales

La Casa del Rey, que mandó a la prensa el comunicado cerca de las nueve y media de la noche, explicó que hubo una comida familiar con Juan Carlos I en el que participaron los reyes Felipe y Letizia, la infanta Sofía, Elena y sus hijos (Froilán y Victoria Federica), y la infanta Margarita (hermana del emérito) y su marido, Carlos Zurita. La reina Sofía no pudo compartir el almuerzo propiamente, porque dio positivo de covid tras el viaje de Miami, de donde llegó el domingo. No obstante, la esposa de Juan Carlos I se quedó en el mismo salón con la familia con la "preceptiva mascarilla y las medidas de ventilación correspondientes". Felipe VI decidió finalmente no facilitar una fotografía de la reunión, para encuadrar la relación con su padre en el ámbito estrictamente familiar.

En esa reunión faltaron dos personas claves en la familia: la Heredera, la Princesa Leonor, que está estudiando en Gales (Reino Unido), y no se trasladó para ver al abuelo y Cristina, la hija de los Reyes eméritos, apartada desde la entronización de su hermano de las actividades oficiales por los negocios que acabaron con su ahora expareja, Iñaki Urdangarin, en la cárcel.

Dureza del Gobierno

El emérito llegó a las 10.03 horas al recinto del Palacio de la Zarzuela y ha entrado saludando desde el coche. Medio centenar de personas le esperaban con banderas de España en la carretera que se desvía hacia el primer control de la Guardia Civil de la sede de la jefatura del Estado. "¡Viva el rey!", gritaban. El emérito ha volado desde Sanxenxo (Pontevedra) hasta el aeropuerto de Barajas en el avión privado que le trajo el jueves pasado de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos).

La primera visita ha hecho un daño reputacional a la monarquía considerable, con ácidas críticas desde el propio Ejecutivo y las fuerzas nacionalistas e independentistas. La Casa del Rey había dejado claro al emérito que deseaba un primer viaje discreto, pero ha sido todo lo contrario: un desplazamiento que empezó con ocio, en una regata de tres días en Galicia, y seguido al minuto por los medios de comunicación. El monarca se llegó a burlar de la reiterada petición de "explicaciones" que le había reclamado el Gobierno por boca de varios ministros y también del presidente, Pedro Sánchez. "¿Explicaciones de qué?", respondió a una periodista en Sanxenxo el domingo antes de soltar una carcajada. Según la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, el exjefe de Estado "podría haber sido mucho más cuidadoso" en esta primera visita. El PP considera que el Gobierno está intentando "desprestigiar" la jefatura del Estado.

Fuentes del entorno de Juan Carlos I y también ministros en privado admiten que el emérito no considera que haya hecho nada "malo" y, sobre todo, lo contrapone a su papel en la transición democrática. La fiscalía archivó las diligencias abiertas pero certificó irregularidades. Incurrió en delitos fiscales, pero no pudo ser denunciado porque habían prescrito, por su inviolabilidad o porque regularizó la situación con Hacienda. Tampoco está descartado que pudiera haber cometido cohecho y blanqueo, pero tampoco se le pudo perseguir por las mismas razones.

El próximo 10 de junio, el monarca quiere volver a España para asistir a otra regata en el club náutico de Sanxenxo. Se verá entonces si Zarzuela y el emérito, sobre todo, logran un desplazamiento más discreto.