El PSOE ha ordenado zanjar cualquier debate o especulación sobre una posible abstención en Andalucía para aislar a Vox y evitar que entre en el Gobierno de Andalucía en el caso de que el candidato del PP, Juan Manuel Moreno, se quede a las puertas de la mayoría absoluta el próximo 19-J. Desde la dirección federal el mensaje es contundente: “Ese debate no se dará. Es una trampa”, recoge El Periódico de España.

Los socialistas están convencidos de que en ningún caso se abrirá la reflexión sobre una abstención que facilite la investidura del PP. Ni siquiera con la amenaza de una repetición electoral o con el objetivo de poner un cordón sanitario a Vox, que ya gobierna en Castilla y León. Menos, avisan, en las vísperas de unas elecciones generales.

El calendario es claro, tras las andaluzas vendrán las municipales y autonómicas de mayo de 2023 y a final de año, salvo sorpresa, las generales. Desde la premisa de que nadie quiere que la extrema derecha entre en los gobiernos, los distintos dirigentes consultados por este periódico, tanto en el equipo de campaña de Juan Espadas como en Ferraz, son absolutamente rotundos: la responsabilidad de que Vox entre en el Gobierno será del PP en cualquier caso, que es quien le ha abierto las puertas de las instituciones.

No se encuentran matices ni dudas entre quienes están en el puente de mando del partido. Tampoco ocultan que un pacto de PP y Vox en Andalucía serviría para desactivar el discurso de la moderación al que se ha aupado Alberto Núñez Feijóo y con el que piensa caminar en su camino hacia las generales. Como estrategia electoral, al PSOE le interesa que el PP repita la operación de Castilla y León y dé entrada a Vox en el Gobierno andaluz. Sería una forma directa de desestabilizar el discurso de centro moderado con el que los populares han diseñado su desembarco en Moncloa. Si en Génova tienen un plan para ensanchar la base electoral desde el centro y captando votantes socialistas desencantados con Pedro Sánchez, el pacto con Vox en el Gobierno andaluz arruinaría ese discurso.

Sánchez repitió elecciones

Los argumentos para no plantear siquiera una abstención se suceden sin dudas en boca de los dirigentes socialistas. “¿Y después qué?”, inquieren. El mensaje es que no basta dar la investidura a Moreno en Andalucía y después sentarse a mirar como pacta sus políticas con Vox. Dar paso a su Gobierno debería llevar comprometido una hoja de ruta o un programa político y eso es directamente “imposible” asumen a las puertas de unas elecciones generales y una vez que Andalucía abra el ciclo electoral en el país.

Recuerdan además que el PP en diciembre de 2018 fue la segunda fuerza y que las elecciones las ganó el PSOE. Entonces nadie se planteó que el PP se abstuviera para que Susana Díaz pudiera formar gobierno. El PP pactó una coalición con Cs y un acuerdo de investidura con Vox. Fue el primer acuerdo cerrado con la extrema derecha en este país y se hizo en Andalucía. “No tienen autoridad moral para pedir que nos abstengamos”, señalan desde el equipo de campaña de Espadas.

Se quejan los socialistas de que el PP nunca se abstenga y luego lo pida, acusándolos de tener una “doble moral”. El PSOE se abstuvo para dar paso a Mariano Rajoy en 2016 y evitar unas nuevas elecciones. Sin embargo, Pedro Sánchez tuvo que ir a una segunda cita electoral cuando en 2019 no logró los votos para ser investido presidente. “De autoridad andan cortito”, zanja otra fuente socialista en la primera línea.

En el PSOE no van a permitir que se alimente el debate de la abstención. De hecho, este asunto estuvo sobre la mesa interna de la campaña, con un mensaje rotundo de Ferraz cortando de raíz cualquier especulación al respecto y dejando claro que a los socialistas no se les tiene que obligar a “asumir una cuota extraordinaria de responsabilidad” cuando al PP no se le reclama lo mismo.

El Estatuto de Autonomía andaluz fija la repetición electoral si en dos meses desde la primera votación el candidato a la investidura no logra la mayoría. El artículo 118 señala que en “caso de no conseguirse dicha mayoría, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista anteriormente. Si, transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación, ningún candidato hubiera obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y el Presidente de la Junta en funciones convocará nuevas elecciones”.

La candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, sí que abrió en una entrevista en ‘El País’ la puerta a una abstención para evitar a Vox en el Gobierno andaluz. Una idea que luego ha repetido en otros momentos de la campaña y que el PSOE deja muy claro que no comparte. La estrategia socialista pasa precisamente por situar sobre los hombros del PP y del candidato Juan Manuel Moreno toda la responsabilidad. Espadas ha retado al presidente andaluz a acudir ante notario para firmar un acuerdo que evite la entrada de Vox en el Gobierno autonómico. Lo emplazó a acudir juntos a una notaría y “firmar que a la extrema derecha ni agua”. El candidato del PP le replicó que firmara él "no pactar con la extrema izquierda para evitar un gobierno Frankestein".

En una de las ideas fuerza en las que el PSOE piensa insistir en esta campaña electoral. Los socialistas están convencidos de que deben acompañar este mensaje de alerta contra la extrema derecha con otras propuestas, siempre sin dejar de insistir en la idea de que Moreno hará a la candidata de Vox, Macarena Olona, vicepresidenta de la Junta. Así quieren movilizar voto de izquierdas que al inicio de la campaña sigue en la abstención y evitar que haya abstencionistas o exvotantes socialistas que escojan la papeleta de Moreno. Si el PP remarca su llamada al voto útil, el PSOE subraya su mensaje de que votar al PP es meter a Vox en el Gobierno de Andalucía.

El precio de Vox

Las encuestas coinciden en señalar en el punto de inicio de la campaña electoral que el PP ganará al borde de la mayoría absoluta, situada en los 55 de 109 diputados del Parlamento andaluz. Los sondeos sitúan a Moreno, que logró 26 escaños en 2018, entre los 45 y 50. El PP lanza el mensaje de que si suman más que toda la izquierda podrán formar gobierno en solitario, repitiendo la fórmula de Madrid y consiguiendo la abstención de Vox sin meterlos en el Gobierno.

Moreno introdujo hace ideas la idea de que si Vox no les da su apoyo a cambio de nada forzará una repetición electoral. Un mensaje que cuenta con el respaldo de Alberto Núñez Feijoo y del resto de barones del PP, que saben que tras las andaluzas vendrán sus respectivas citas electorales. El modelo es Madrid y no Castilla y León, repiten. Nada que ver con el mensaje de Vox, que insisten en que no darán sus votos sin formar parte del Gobierno. El objetivo de Vox es solo uno: que Olona sea vicepresidenta de la Junta de Andalucía como salto definitivo para llegar a la Moncloa.