Interior insiste en que no hay problemas en los controles de pasaportes de los aeropuertos y que las denuncias de Iberia --que apunta a 15.000 personas que perdieron su vuelo en conexión desde el 1 de marzo por falta de efectivos policiales-- son infundadas. Además sostienen que no hay riesgo de colapso por la llegada de turistas británicos, a pesar de que después del Brexit tengan un control más estricto al ser ciudadanos de terceros países. Pese a todo, la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, que es la encargada del control de fronteras en los aeropuertos, prevé aumentar en 500 nuevos efectivos la plantilla destinada a los 12 aeropuertos españoles con mayor afluencia de turistas a partir del 20 de junio. Estos son Madrid, Barcelona, Alicante, Valencia, Málaga, Menorca, Mallorca, Ibiza, Tenerife Sur, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria.

En la actualidad, hay 1.226 policías en estos aeropuertos, mientras que en 2019 había 1.456. Es decir, las plantillas se incrementarán de forma permanente en al menos 270 personas más sobre las cifras prepandemia. En el caso concreto del aeropuerto de Madrid, donde se produjo el caos que denuncia Iberia, el incremento será de 189 efectivos; mientras que en Barcelona las plazas nuevas serán 90.

Este incremento de efectivos policiales no tiene nada que ver con las quejas de Iberia ("no es una decisión reactiva"), según defienden fuentes policiales, sino que estaba previsto con anterioridad y se realiza en previsión de la recuperación del tráfico estimada por Aena. Según los datos del gestor aeroportuario citados por fuentes policiales, este 2022 llegarán a estos doce aeropuertos 56 millones de pasajeros, un 15% menos que en 2019. En el caso de Madrid, serán 16,4 millones de pasajeros, un 15% menos que en 2019; mientras que en Barcelona, unos 10,7 millones de viajeros, un 19% menos.

"La policía que controla fronteras en Barajas no ha recibido quejas ni de pasajeros ni de aerolíneas ni de Aena por pérdida de vuelos por dilación en el trámite de control fronterizo", aseguran fuentes de la Policía Nacional que confirman que este mismo martes se han reunido con representantes del gestor aeroportuario. Fuentes de Aena descartan entrar en un conflicto que, dicen, atañe a Iberia y a la Policía Nacional, no a ellos.

Según el Ministerio del Interior, por tanto, la situación es de normalidad en los aeropuertos y consideran, además, que el incremento de efectivos será "suficiente" de cara a la temporada estival, aunque en caso contrario disponen de medidas coyunturales a través de una "unidad móvil de más de 100 funcionarios" que se pueden utilizar "en caso de problemas", mientras que el personal en plantilla de los aeropuertos "podría doblar horarios con compensación económica".

Turistas británicos

Una de las principales quejas de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), organización que aglutina compañías que suman el 85% del tráfico aéreo en España, es que el número de turistas que requieren pasar por el control de pasaportes este año se incrementará a consecuencia de que los turistas británicos han dejado de ser considerados pasajeros de la Unión Europea y, por tanto, tienen un control más estricto en los aeropuertos. Por ello, llevan meses demandando que se refuerce la "dotación de policías en los controles fronterizos de los aeropuertos" para evitar colas o que "excepcionalmente, igual que hace Portugal, este verano se permita que los viajeros británicos pudiesen utilizar las máquinas automáticas de pasaportes que utilizan los pasajeros comunitarios" con el fin de "evitar dar una mala imagen de nuestro país a todos los turistas que nos visitan".

En este sentido, fuentes policiales explican que los pasajeros británicos pueden ya pasar por las máquinas automáticas, algo que no se le permite a los ciudadanos de terceros países, pero a través de una fila distinta que la de los pasajeros de la Unión Europea porque tras su paso por las máquinas deben acudir a sellar su pasaporte de forma manual con un policía, según las normas de la Comisión Europea. Eliminar este último paso sería una decisión que tendría que tomar Bruselas.