Septiembre en el Congreso es un mes de cuentas pendientes. EH Bildu, ERC, Compromís, Más País, JxCat, BNG y la CUP, siete formaciones en total, tenían una desde finales de junio. Se la han cobrado este jueves en la Junta de Portavoces. Maniobraron junto al PSOE y Unidas Podemos para conseguirlo.

La cuenta pendiente era recibir explicaciones del Gobierno sobre la tragedia acontecida en la frontera de Melilla con Marruecos ya hace tres meses. Según las estimaciones de organizaciones humanitarias, fallecieron casi 40 personas al intentar saltar la valla. La gendarmería marroquí repelió las entradas en suelo español. Imágenes que se filtraron muestran una contundencia expeditiva. El presidente, Pedro Sánchez, cuando le preguntaron, agradeció la labor del vecino del sur. La oposición de izquierdas se enfureció.

El 27 de junio, las siete organizaciones políticas antes mencionadas registraron dos peticiones de comparecencia ante el pleno del Congreso, que es la manera parlamentaria de elevar la categoría política de la solicitud. Una la dirigieron al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la otra, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. 

Por aquel entonces era notoria la debilidad del PSOE en todo lo relativo a Marruecos. El viraje en la posición de neutralidad mantenida durante años en el conflicto del Sáhara Occidental expuso al Partido Socialista a la versión cruda de su realidad parlamentaria. Si al grupo que ahora dirige Patxi López le abandonan Unidas Podemos, ERC, EH Bildu y PNV, se queda solo literalmente. Le sucedió cuando, justo antes de que Sánchez viajara a Rabat el 7 de abril como gesto hacia la reconducción de las relaciones diplomáticas, el pleno respaldó una proposición no de ley crítica con la renovada posición. 

No solamente eso. Además de la asistencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a la comisión parlamentaria de su ramo, Sánchez se vio obligado a dar explicaciones ante el pleno dos veces: el 30 de marzo y el 8 de junio. Ésta última no la pudo salvar el grupo socialista. Sí logró evitar una tercera semanas después, antes de que se produjera el intento de salto masivo en Nador, de que las autoridades marroquíes respondieran como respondieron y de que el propio Sánchez se pronunciara en términos demasiado tibios y complacientes, a juicio de la oposición de la izquierda. Y de ahí las dos peticiones de comparecencia registradas el 27 de junio, tres días después de los hechos.

No hubo tiempo ni a que la Mesa admitiera a trámite las solicitudes ni a que, lógicamente, las viera la Junta de Portavoces cara a su debate. El periodo ordinario del Parlamento acabó el día 31 de ese mes. Hubo que esperar al 25 de agosto para que el órgano de gobierno del Congreso calificara las peticiones. Y ha habido que aguardar a este jueves para saber qué decisión tomaría la mayoría de la Junta de Portavoces.

Los movimientos de Bildu

Fuentes parlamentarias de cinco grupos diferentes han informado a este medio que a primera hora de la mañana EH Bildu y PSOE iniciaron una serie de contactos para, a cambio de propiciar la comparecencia de Marlaska, salvar la de Sánchez. Sabía la dirección socialista que el riesgo de perder otra vez una votación relacionada con el vínculo diplomático con Marruecos era alto. Ver al presidente en el pleno de nuevo, y en contra de su propia agenda, sería un muy mal trago.

El plan era el siguiente: como había que resolver los desarrollos de tres peticiones de comparecencia sobre los sucesos acaecidos en Nador hace tres meses (las dos comentadas más una del PP también dirigida a Sánchez), el PSOE y los grupos de izquierdas proponentes acordaron la retirada de la dirigida al presidente, la aceptación de la planteada al ministro de Interior y el rechazo de la de los populares. Y justo eso es lo que sucedió en la Junta de Portavoces de este jueves. 

Para EH Bildu y los demás firmantes, interpelar a Marlaska en el pleno es un objetivo cumplido. Que el debate se haga en el pleno es más importante y trascendente que en la Comisión de Interior. Una de las fuentes consultadas recuerda que el ardid de registrar dos peticiones de comparecencia, y que una de ellas sea al presidente del Gobierno, suele desembocar en el acuerdo sobre la asistencia del cargo de menor rango. “Nosotros queríamos que viniera Marlaska; por eso apuntamos al presidente. Cuando nos ofrecieron al ministro en vez de a Sánchez, aceptamos”, resume.

Ahora bien, las fuentes puntualizan que Marlaska había registrado previamente la comparecencia a petición propia. “No había acuerdo sobre los términos del ‘petitum’ pero al final ha prevalecido lo que se buscaba: la asistencia”, ilustra una de dichas fuentes.

Marlaska ya habló en el Pleno, pero poco

Con todo, no será la primera vez que el titular de Interior hable en el hemiciclo sobre la tragedia de Nador, hace tres meses. El 29 de junio, en la sesión de control al Gobierno, fue preguntado por ello por los diputados del PNV y EH Bildu Íñigo Barandiaran y Jon Iñarritu, respectivamente.

“La mayor tragedia ocurrida jamás en una frontera europea externa es la que se ha vivido en Melilla, la intervención de unos u otros es lo que ha causado más muertos, y no se puede negar”, afirmó el representante del Partido Nacionalista Vasco, quien añadió poco más tarde: “Lo que ha sucedido en una y otra frontera no se debería repetir ni mucho menos justificar, y menos que lo haga un presidente del Gobierno”.

Marlaska contestó: “El presidente en modo alguno ha justificado ninguna vulneración de derechos fundamentales, nunca”. Y dijo también: “Una migración legal, segura y ordenada no es incompatible con una lucha efectiva contra la migración irregular, siempre respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales, que es lo que está haciendo este Gobierno”.

Iñarritu, a continuación, en su pregunta: “Creo que tienen una responsabilidad, que es aclarar qué ocurrió el pasado viernes; pero, además, se tienen que tomar las medidas para que una tragedia así no se vuelva a producir. Y contésteme: ¿qué opina de la labor policial del pasado viernes en la frontera con Marruecos?”.

Marlaska, en la réplica: “. Usted ya da por hechos probados que gendarmes marroquíes entraron en territorio español y que guardias civiles pudieron hacer lo propio en territorio marroquí. Falsedades de ese tipo, salvo existencia de pruebas, le solicito que no las refiera”.

Apenas unos días después de aquel cruce de versiones, diputados de EH Bildu, ERC, Unidas Podemos y Compromís se reunieron con representantes de organizaciones civiles y decidieron presentar una propuesta para crear una comisión parlamentaria que investigue los hechos. Tal y como ha contado El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, la Mesa del Congreso ha admitido a trámite la petición este jueves. La Junta de Portavoces de la semana próxima se encargará del desenlace: si incluye la constitución en una venidera sesión plenaria o si la deja varada.

El PSOE volverá entonces a enfrentarse a su talón de aquiles parlamentario, la soledad en la política exterior con Marruecos, porque, según las fuentes, el pacto para que acuda el ministro Marlaska al pleno no anula la intención de crear una comisión de investigación.