Poca gente y, para lo que se anunciaba, poca tensión en la celebración oficial en Barcelona por la Diada de Cataluña. O nula. Silbidos y gritos, sí. Selectivos y concentrados en el paseíllo que la comitiva de ERC realizó entre el punto de salida, en la calle de Girona hasta el pie del monumento de Rafael Casanova. Gritos de “traidores” y el término favorito de los más puristas: “botiflers”. Pero ‘ma non troppo’, casi para no decepcionar a los que esperaban mucha más tensión.

Baste decir, como termómetro, que quien llevó la voz cantante de los gritos fue un grupúsculo de personas que reclamaban que se abriera comisión de investigación por la muerte de personas de la tercera edad en las residencias, durante el tramo duro de la pandemia. Gritaron contra todos, especialmente contra ERC, no por mor de su presunto autonomismo, si no por liderar la ‘conselleria’ del ramo en esa época. Hubo gritos contra Alba Vergès. Pero también contra el Ayuntamiento de Barcelona, por privatizar el servicio de atención domiciliaria, que los protestantes requieren que sea público. Hubo gritos contra Florentino Pérez, puesto que una de las empresas concesionarias del servicio de atención a domicilio pertenece a grupo de ACS.

Junts pasó bastante desapercibido. recibió más aplausos que pitos, pero tampoco se librñó de algún que otro grito. Diríase que, incluso, buscaron forzar el contraste entre el favor del público. Así, cuando Oriol Junqueras llegó al punto de encuentro, vía la calle de Girona, y fue increpado, al poco, Laura Borràs se acercó a ese punto de encuentro, donde esperaba la comitiva de Junts. Hubo contraste, pero el poco público presente lo difuminó.

Más desapercibido pasó el Govern que valiéndose del viejo truco de ser los primeros, a las 9 en punto de la mañana, se ahorraron buena parte del griterío, en concreto, de los menos madrugadores.

El momento más esperado, el desfile de la comitiva de ERC, con Oriol Junqueras y Marta Vilalta al frente, se saldó con un duelo entre público e integrantes del grupo republicanos. Estos respondieron con un “in-inde-independència” a las increpaciones y, tras escuchar ‘Els Segadors’ que la organización pincha a todas las comitivas se arrancaron, en una especie de bis, a interpretarlo ‘a capella’.