La polémica sobre los nuevos móviles que por un millón de euros comprará el Congreso de los Diputados en próximas fechas ha tenido este martes un episodio más. Es difícil pronosticar si será el último. El grupo parlamentario de Cs registró la semana pasada un escrito dirigido a la Mesa de la Cámara, el órgano de gobierno, para pedir que ese contrato de licitación no se ejecutara, o al menos, se modificara. Tal y como explicó el portavoz, Edmundo Bal, es "una sinvergonzonería" y una "ofensa" a los ciudadanos que los diputados se provean de terminales de última generación, los iPhone 13 salvo sorpresa, en un contexto económico de crisis y de sacrificios.

En el orden del día de la reunión de la Mesa de este martes, figuraba el escrito de Cs. Cuando llegó el momento de debatirlo, dos de los tres representantes de Unidas Podemos, Javier Sánchez y Gerardo Pisarello, plantearon tumbar el contrato de licitación. Se unió al planteamiento el diputado de Vox, Ignacio Gil Lázaro, para quien en todo caso la compra habría que llevarla a cabo la legislatura que viene. Según la versión dada por tres fuentes de la Mesa, los tres esgrimieron argumentos muy similares, dos sobre todo: el malestar social que un dispendio como el que se ha consignado en el contrato causará y la posibilidad técnica de que, en vez de móviles que rondan los 1.000 euros, el Congreso adquiera terminales más baratos.

La propuesta de dos de los tres representantes de Unidas Podemos en la Mesa (la otra, Gloria Elizo, no se unió a sus compañeros) y del diputado de Vox fue contestada con contundencia por PSOE, PP y la propia Elizo. Siempre según fuentes de la Mesa, el vicepresidente primero del órgano de gobierno del Congreso, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, se preguntó si los senadores de Cs y Vox iban a devolver los iPhone 13 que hace una semanas licitó la Cámara Alta. En la misma línea, se preguntó si los diputados de Podemos y los de las dos formaciones citadas devolverían los iPad que el Congreso les entregó antes del comienzo de la legislatura para el desempeño de sus funciones, de 1.000 euros en el mercado y más modernos que los iPhone entregados el mismo día.

Asimismo, Gómez de Celis recordó que la publicación del contrato de licitación en el BOE, en concurrencia competitiva, es una decisión adoptada por unanimidad tanto en la Junta de Contratación, dependiente de la Mesa, como en la propia Mesa, a finales de julio. Indican las fuentes que la declaración de hace una semana de Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, en la que dijo que dicho contrato se lo "colaron" a su grupo, ha provocado indignación, también para Elizo. Sánchez Serna y Pisarello votaron a favor del contrato.

La vicepresidenta tercera del Congreso, diputada "morada", incidió en eso mismo: en la tramitación seguida por la licitación. Tras expresar su oposición a que las decisiones adoptadas por unanimidad en el órgano de gobierno de la Cámara se puedan revertir, tachó de "populistas" planteamientos que no buscan más que garantizar a los diputados que hagan su trabajo en las mejores condiciones y dentro de los más altos niveles de seguridad.

Según la versión de las fuentes, en junio ya discutió la Mesa qué hacer con la renovación de los móviles de los diputados, modelos iPhone 8. Había urgencia por el reemplazo de los terminales porque el sistema operativo de ese modelo estaba a punto de caducar, este mismo año en concreto. Los integrantes de la Mesa encargados de los procedimientos de la Junta de Contratación explicaron que en pocos días se iniciaría la redacción de los pliegos del concurso. Una vez dado este paso, el contrato pasó al órgano de gobierno del Congreso. Los nueve integrantes (tres del PSOE tres de Unidas Podemos, dos del PP y uno de Vox) se pronunciaron a favor.

El concurso está publicado, las compañías que quieran concurrir preparan sus ofertas. Una decisión así, en este instante del procedimiento, es difícilmente reversible. Otro de los argumentos dados por los miembros de la Mesa contrarios al planteamiento de Podemos y Vox tiene que ver con la seguridad. Tras las elecciones de noviembre de 2019, casi el 100% de los diputados electos se decantaron por el iPhone en vez de por el otro modelo con sistema Android.

En una legislatura en la que se han generalizado las votaciones telemáticas, los servicios informáticos han tenido que extremar la ciberseguridad. Han adaptado la operativa interna del Congreso a los modelos de la compañía Apple, el iPhone y el iPad, pues ambos pueden usarse para el voto electrónico. El riesgo de que por un ataque informático pueda alterarse el resultado de una votación es una prioridad absoluta.