Juicio
Arranca el juicio del caso Auditorio, la investigación hizo caer al expresidente de Murcia Pedro Antonio Sánchez
La fiscalía pide para el ex jefe del Ejecutivo regional cuatro años y medio de cárcel y 19 de inhabilitación por varios delitos de corrupción cuando era alcalde de Puerto Lumbreras

Pedro Antonio Sánchez. / EFE
Jaime Ferrán
Pedro Antonio Sánchez, expresidente de la Región de Murcia, se lo juega todo en el juicio que comienza este martes en el Palacio de Justicia de Murcia. El caso Auditorio, que provocó su caída política y le obligó a dimitir, es la última causa que tiene con la justicia, después de que saliera absuelto del caso Pasarelas por un error de tramitación. De la Púnica también salió bien parado, pero la Fiscalía recurrió y aún debe resolverse este cabo suelto.
En este caso, el fiscal acusa a Sánchez de prevaricación continuada, por lo que pide una pena de 10 años de inhabilitación especial para empleo y cargo público; fraude en subvenciones, con una pena de dos años de cárcel, una multa de 6.000.000 de euros y la pérdida del derecho a obtener ayudas o gozar de incentivos de la Seguridad Social; fraude y prevaricación en la aprobación del proyecto modificado, por el que pide dos años y tres meses de prisión y otros nueve años de inhabilitación. En total, la pena sumaría cuatro años y medio de cárcel y 19 de inhabilitación especial, más los 6 millones de multa.
Los hechos
Todo comenzó en 2015. Cuando el entonces alcalde de Puerto Lumbreras, Pedro Antonio Sánchez, encargó de forma irregular, según la Fiscalía, al arquitecto Martín Lejárraga —también imputado— la construcción de un auditorio sin contar con expediente de contratación. El Colegio de Arquitectos de la Región (Coamu) protestó por el "encargo directo" a un arquitecto sin pasar por concurso. Entonces, desde el Ayuntamiento de Puerto Lumbreras se creó un concurso que llegó a vulnerar durante la tramitación, dice el fiscal, sus propias bases.
Por otra parte, y para obtener una subvención millonaria de la Comunidad, se procedió a ejecutar el proyecto sobre una parcela que no pertenecía a la Corporación local. Un "ardid engañoso", según el escrito de conclusiones provisionales, para no perder esos fondos.
El proyecto estaba abocado al fracaso, deja por escrito el Ministerio Público, ya que, a la imposibilidad de levantar la infraestructura en la rambla de Nogalte, se unió el problema de que al proyecto se añadieron después tres edificios y un garaje, no autorizados por la Comunidad. "Todo ello motivó que se ejecutara realmente desde su inicio un proyecto modificado, de hecho, de forma subrepticia".
Para ir ajustando el gasto del importe de la subvención ante la Comunidad y evitar el reintegro, el fiscal afirma que se aportaron certificaciones de obra «incrementadas indebidamente en un 38,04% a sabiendas". Ello permitió a la constructora "la obtención, incluso, del importe de la baja realizada en la licitación y verse liberada de sus obligaciones con perjuicio al Ayuntamiento de Puerto Lumbreras".
Acusación popular
La acusación popular, que tiene detrás al PSOE y Podemos, coincide con el Ministerio Fiscal en los delitos que se le imputan, pero añade uno más: el de falsedad documental. "Entendemos que toda la documentación que se depositó para construir el nuevo auditorio no era veraz", explica el letrado José Alberto Martínez Espinosa (de la parte socialista).
La Audiencia Nacional decidió unificar las tres acusaciones distintas, por lo que la dirige el primer partido que decidió presentarse como acusación: el PSOE.
Para Martínez Espinosa, el fiscal cuenta con "pruebas suficientes" para demostrar la culpabilidad de los acusados, en especial, la de Pedro Antonio Sánchez. En su caso, los delitos llevan implícita la inhabilitación especial para empleo o cargo público. Es el delito de fraude el que lleva aparejada la prisión.
Ginés Ruiz Maciá, el letrado de Podemos que presentó la acusación popular, coincide con su compañero Martínez Espinosa en considerar que "hay pruebas" para que los acusados sean considerados culpables. No obstante, es consciente de que "en procesos de prevaricación puede ser complicado demostrar que se actuó a sabiendas".
Ambos conocen las intenciones de la defensa de Pedro Antonio Sánchez, el abogado José Antonio Choclán (conocido por haber trabajado antes con ‘estrellas’ como Cristiano Ronaldo), de pedir la prescripción de los delitos con los que acusan a su cliente. Precisamente, este martes se dedicará casi por completo a las cuestiones previas del juicio, "momento en el que intentarán evitar el juicio por temas técnicos o formales o, por lo menos, querrán retrasarlo", comentan.
Una vez se superada esta parte, y si el juez decide seguir adelante con el juicio, comenzará el interrogatorio de los acusados. Más de cuarenta testigos pasarán por el tribunal, que ha dividido el juicio en quince citas, alargando el proceso hasta finales de noviembre. Además de Pedro Antonio Sánchez, se sientan en el banquillo el arquitecto Lejárraga, la secretaria municipal y el responsable de la empresa constructora.
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