Reforma del TC

La decisión del TC aboca a nuevas tensiones en el Gobierno tras la llamada de Podemos a la desobediencia

"Ni siquiera todo el espacio de Unidas Podemos está en la misma posición", defendió Pablo Iglesias | Yolanda Díaz aboga por acatar la resolución y evitar hablar de un "golpe de estado"

Yolanda Díaz.

Yolanda Díaz. / EFE

Ana Cabanillas

La decisión del Tribunal Constitucional abre un nuevo escenario para el Gobierno y exhibe las grietas que existen no sólo entre los socios de coalición, sino entre Podemos y Yolanda Díaz. La suspensión de la votación del Senado, que preveía aprobar este jueves dos enmiendas recurridas por el PP, airea las diferencias sobre el acatamiento o no del veredicto judicial. Ese lunes noche, nada más conocerse la decisión judicial, los representantes del Gobierno, Congreso y Senado comparecieron para sofocar cualquier tentativa de incumplimiento tras el llamamiento de Podemos a la desobediencia al Tribunal Constitucional.

La presidenta Meritxell Batet desde el Parlamento, su homólogo en la Cámara Alta, Ander Gil, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, brindaron declaraciones institucionales para confirmar el cumplimiento de la resolución del TC y eliminar el mínimo margen de duda. Todo ello después de que Podemos haya pedido abiertamente en las últimas horas desobedecer el veredicto judicial en caso de que el TC optase por paralizar la tramitación parlamentaria, tal como finalmente ha ocurrido.

Desde la pasada semana han insinuado los morados en que el poder legislativo debe “prevalecer” sobre el resto de poderes, llegando a asegurar que una decisión como la adoptada sería un “golpe de estado” contra la democracia, al interferir el poder judicial sobre la soberanía popular. Argumentan su tesis en el artículo 66.3 de la Constitución, que recoge la inviolabilidad de las Cortes Generales. 

La portavoz nacional de Podemos, Alejandra Jacinto, aseguró en rueda de prensa este lunes que la Mesa del Senado dispone de “elementos jurídicos suficientes” para no atender a la resolución del Tribunal Constitucional, en un llamamiento a desoír la suspensión judicial. Fuentes de la formación señalan que el objetivo es trasladar la presión al presidente del Senado para parar lo que consideran un ‘golpe blando’. Aunque el socialista Ander Gil ya compareció a última hora de este lunes para avanzar que cumpliría con lo dictado por el TC, todo apunta a que el llamamiento de los morados continuará hasta el mismo jueves, cuando tenga lugar la votación en la Cámara Alta.

Admiten en Podemos, sin embargo, que no cuentan con representación en el Senado, de manera que la única forma de presión con la que cuentan es a través de estos llamamientos públicos, sin tener en realidad capacidad alguna de voto o protesta en esta Cámara. El incumplimiento de la decisión del TC podría llevar a los miembros de la Mesa del Senado a incurrir en delitos de desobediencia o prevaricación, las acusaciones que se plantearon en 2017 contra la entonces presidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell, por permitir la tramitación de las leyes de desconexión catalana

En el PSOE se han mostrado poco dispuestos al desacato. Su portavoz y ministra de Educación, Pilar Alegría, fue preguntada este lunes por esta cuestión y ya adelantó que “nosotros siempre hemos dado muestras de nuestro respeto a la separación de poderes”.A última hora de la noche también adelantó la voluntad de cumplimiento el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en una comparecencia en Moncloa.

Yolanda Díaz aboga por cumplir

Dentro de Unidas Podemos también se muestra contundente es la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, pero en sentido contrario a los morados. La vicepresidenta aboga firmemente por “cumplir” la decisión del Tribunal Constitucional, y no se plantea ningún otro escenario, según fuentes próximas. La dirigente vendría a defender que “los demócratas acatan lo que dice la justicia” y que "no estamos en Cataluña en 2017”.

La hoja de ruta tras esta decisión es clara para Díaz: ir a Estrasburgo y defender allí sus posiciones, pero en ningún caso incurrir en ilegalidad alguna. Díaz, habitual defensora de reducir el ruido en la política española, tampoco se muestra cómoda con otra de las expresiones más recurrentes en las últimas horas, por las que se califica de "golpe de estado" la decisión adoptada por el Constitucional. La dirigente abogaría por evitar este tipo de términos, al considerar que debilitan el sistema democrático.

Estas distintas sensibilidades en el espacio, tanto en cuestión de estrategia como de forma, se han hecho evidentes, y hasta Pablo Iglesias se ha jactado de estas diferencias, celebrando la posición de Podemos de "resistir" la decisión judicial. "Ni siquiera todo el espacio de Unidas Podemos está en la misma posición", aseguró el exlíder del partido en Hora 25, de Cadena Ser. "Los únicos que están diciendo que es una decisión golpista es Podemos", agregó el ex dirigente. "Los demás están diciendo que acabaremos como Junqueras si planteamos una resistencia a lo que viene".

Más allá de Podemos e Iglesias, también se han pronunciado otras facciones del espacio de Unidas Podemos. Jaume Asens, de los comuns, no tuvo problemas en calificar la decisión de "golpe consumado" a la democracia, aunque enfrió el llamamiento al desacato, advirtiendo de que tenían que "sentarse y ver qué hacemos", en lugar de llamar a la desobediencia.

Por parte de IU se habla directamente de un "golpe de estado", aunque se evita entrar en la cuestión de fondo del acatamiento. El partido, eso sí, ha pedido ya abiertamente presentar una iniciativa legislativa para volver a presentar la reforma en el Congreso y sortear la suspensión del TC. En un comunicado pidió además la "gran movilización social en defensa de la democracia", sin llegar a aclarar en qué quiere traducir el partido esa movilización.