Las filas posconvergentes

Junts acoge con cautela las tesis de Puigdemont sobre eventuales pactos con el PP

Varios dirigentes admiten en privado que la opción de los populares es prácticamente irrealizable y que no deben coquetear demasiado con esta hipótesis

Puigdemont y Sánchez, en el Parlamento Europeo el 13 de diciembre.

Puigdemont y Sánchez, en el Parlamento Europeo el 13 de diciembre. / EFE

Fidel Masreal

Junts per Catalunya avala la tesis de su líder, el 'expresident' Carles Puigdemont, según la cual el partido independentista no está atado al PSOE y podría alcanzar acuerdos con el PP si se cumplen determinadas condiciones. El portavoz de JxCat, Josep Rius, dejó clara la posición tras la reunión de la ejecutiva, y aseguró que su partido tiene “las manos libres para pactar” en Madrid y que lo hará “en función de los intereses” de los catalanes porque "no forma parte del bloque de Gobierno actual" ni "del bloque de la oposición". La formación independentista ve con buenos ojos esta toma de posición para demostrar libertad de movimientos. Sin embargo, varios dirigentes admiten en privado que la opción de los populares es prácticamente irrealizable y que no deben coquetear demasiado con esta hipótesis porque el votante independentista podría distanciarse de sus siglas. Los sectores más progresistas guardan silencio.

Puigdemont es el gran líder de Junts, por mucho que no ostente cargos orgánicos. Él es quien pilota las grandes decisiones, como la política de alianzas. Llevó la batuta personalmente de las negociaciones con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Y sus opiniones raramente son cuestionadas. Es el caso de su apuesta inequívoca por no vincularse al PSOE y dejar la puerta abierta a cualquier alianza en beneficio de los intereses del independentismo. Hace unos meses, se generó ya una polémica cuando el expresident, en una conversación privada con el líder del PP europeo, Manfred Weber, deslizó la idea de que Junts votaría con los populares si no avanzaba la negociación con el PSOE sobre la cuestión catalana y le dejó caer incluso que se podría plantear una moción de censura contra Sánchez. Posteriormente, fuentes de Junts rebajaron el contenido de esa conversación y aseguraron que Puigdemont transmitió a Weber "el compromiso de sostener el Gobierno del PSOE en función del cumplimiento de los acuerdos".

Más recientemente, el exjefe del Govern salió al paso de un pleno de la Eurocámara en el que por amplia mayoría se reclamó a España que investigue los contactos del independentismo con Rusia. Y lo hizo con una carta enviada a todos los eurodiputados en la que sostuvo que si Junts "hubiera permitido la investidura de Alberto Núñez Feijóo o impedido la de Sánchez" no se habrían desplegado acusaciones de terrorismo contra el independentismo ni se indagaría en la presunta trama rusa del 'procés'. La misiva acababa advirtiendo: "Todo se sabrá". Y, tras esa carta, el PP reconoció los contactos con Junts del verano pasado, que se planteó durante 24 horas la amnistía pero la descartó y que sí hay posibilidades de conceder nuevos indultos a dirigentes que orquestaron el referéndum en 2017.

¿Confusión al independentismo?

Internamente, Junts considera que los golpes de efecto de Puigdemont tienen un sentido táctico: demostrar que el partido no está atado al PSOE, como sí lo está ERC -a juicio de Junts- en la arena política estatal. Una táctica que tiene que ver probablemente con la cercanía de las elecciones europeas y la necesidad de tener en cuenta al votante independentista que puede sentirse incómodo con el sí de Junts al PSOE en la investidura de Sánchez.

Pero el anverso de esta táctica, según se admite en el partido, es terminar generando confusión a las bases independentistas. De hecho, se admite que un pacto con el PP hoy es prácticamente imposible, porque el compañero de viaje de los de Feijóo es Vox. Y porque votar a favor de iniciativas de los populares en el Congreso, en materia socioeconómica, sería muy contraproducente para Junts. La idea de la moción de censura a Sánchez es ya absolutamente "ciencia ficción", concluyen fuentes en privado. "Habiendo Vox por en medio, es sencillamente imposible", zanjan estas fuentes.

Esta posición de Puigdemont tiene otra derivada interna: el malestar que genera en el ala más izquierdista de Junts. Es un efecto colateral menor, porque no ha habido conatos de crítica. Es decir, es un malestar silencioso. Se admite, pero se mantiene hibernado, por el bien del proyecto y para evitar conflictos.

Mirando a ERC de reojo

La conclusión respecto a la política de alianzas en Junts es que lo más útil es no coquetear con la hipótesis del PP, salvo que lo haga Puigdemont puntualmente y con su habilidad dialéctica. Lo que sí es útil al partido es mostrar libertad de movimientos para describir, por el contrario, a ERC como un partido atado al PSOE por la ideología de izquierdas.

Junts quiere insistir en la idea de que los republicanos priorizan el eje ideológico, el progresismo, antes que la defensa de la independencia de Cataluña. Todo ello, evidentemente, tiene que ver con el clima preelectoral de este 2024, tanto por la convocatoria de los comicios europeos como por la de las elecciones catalanas que tendrán lugar, a más tardar, en febrero de 2025.

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