Barómetro

El PP recorta distancias con el PSOE en plena tormenta judicial y la inquietud por la vivienda se dispara, según el CIS

Sánchez ganaría las elecciones con el 34% de los votos, un punto más que en el barómetro del mes pasado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / EFE

Jose Rico

Barcelona

La tormenta judicial que se cierne sobre Pedro Sánchez y el debate interno en el PSOE a cuenta de la financiación autonómicas han lastrado las expectativas de voto de los socialistas en las últimas semanas. Según el barómetro de octubre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Sánchez se mantiene en cabeza y ha mejorado incluso su intención de voto, pero el PP de Alberto Núñez Feijóo se ha recuperado con fuerza y le recorta dos puntos de distancia respecto al mes de septiembre. Este sondeo recoge también los ecos de la crisis migratoria y la falta de acuerdo entre los dos grandes partidos.

El PSOE ganaría las elecciones con el 34% de los votos, un punto más que en el barómetro del mes pasado, pero la ventaja de Sánchez sobre Feijóo ha retrocedido de 4,5 a 2,5 puntos debido al crecimiento del PP. Los populares se sitúan en el 31,5% de los sufragios, tres puntos más que en septiembre, cuando alcanzó su cota más baja de la legislatura. La subida de ambos partidos frena la progresión de Vox y Sumar. La ultraderecha, que batió récord en septiembre, pierde ahora 1,3 puntos y se queda en el 11,8% de las papeletas. El socio de coalición de Sánchez, se deja un punto y medio, hasta colocarse en el 6,3%.

Podemos también retrocede, tres décimas, hasta situarse en el 3,3%, al igual que Se Acabó la Fiesta, la marca ultra de Alvise Pérez, que pasa del 2,9% al 1,7% tras haberse conocido la investigación judicial por presunta financiación irregular de su campaña de las elecciones europeas, al haber aceptado 100.000 euros en negro de un empresario. En cuanto a los partidos catalanes, la encuesta da aire a ERC, que sube dos décimas (1,6%), frente a Junts, que baja una décima (1,2%), lo que agranda de una a cuatro décimas la ventaja de los republicanos.

El trabajo de campo de este estudio del CIS, realizado en los primeros días de este mes, coincidió con la ruptura del la negociaciones para el reparto de menores migrantes no acompañados, un asunto que ha vuelto a enfrentar al PP con el Gobierno. En el estudio de septiembre, la inmigración irrumpió como primer problema nacional, con un 30,4% de menciones, un registro no se veía desde 2007, tras la conocida como 'crisis de los cayucos'. Un mes después, sigue en la primera posición, pero el porcentaje de inquietud es dos puntos más bajo (28,1%).

El gran cambio en las preocupaciones de los españoles se produce, en esta ocasión, en los problemas económicos y, sobre todo, la vivienda. La crisis económica ocupa el segundo lugar con el 23,8%, seguida de la vivienda con el 22,7%. Respecto a septiembre, la inquietud por los problemas de índole económica ha crecido cuatro puntos y la preocupación por la vivienda se ha disparado más de siete puntos. De hecho, el paro, que suele ser el primer o segundo problema habitual de los españoles, ha pasado a la cuarta plaza con el 22%, dos puntos más que hace un mes.

La crisis con México

Mientras el CIS hacía sus entrevistas para el barómetro de octubre se hablaba también del llamado giro social del PP, que presentó una propuesta en materia de conciliación familiar; de la polémica por la ausencia del Rey en la toma de posesión de la nueva presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y sobre el recrudecimiento de la guerra en Oriente Próximo con los ataques de Israel a Líbano.

La encuesta puede recoger igualmente los ecos del debate interno abierto en el PSOE por el acuerdo de PSC y ERC para dar a Cataluña una financiación singular ajena al régimen común. En medio de las quejas de federaciones como la de Castilla-La Mancha, el PSOE celebró en septiembre su comité federal y convocó un congreso a finales de noviembre.

Y fue a finales de septiembre cuando 'Alvise' Pérez reconoció que había aceptado esos 100.000 euros como "honorarios privados". El empresario que le habría dado el dinero en plena campaña de las europeas del pasado mes de junio es Álvaro Romillo, exconsejero delegado de Madeira Invest Club, una plataforma de inversiones a la que el eurodiputado promocionó y que está siendo investigada por una estafa piramidal.

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