PLAN DE REARME

Sánchez y Feijóo siguen sin acercar posiciones tras su encuentro en Moncloa sobre el aumento del gasto en defensa

El jefe del Ejecutivo ha insistido en la necesidad de acelerar el gasto en seguridad con la pretensión de no recortar en servicios públicos y suavizar su efecto en las arcas públicas con trasferencias de la UE

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en el Palacio de la Moncloa.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en el Palacio de la Moncloa. / José Luis Roca

Madrid

El consenso europeo entre las familias políticas de Pedro Sánchez y Alberto Núñez sobre el plan de rearme para combatir la amenaza expansionista de la Rusia de Vladímir Putin no se traslada por el momento a la arena nacional en forma de pactos de Estado. El líder del PP “sale igual que entró”, según apuntan fuentes de Génova, de su encuentro con Pedro Sánchez este jueves en Moncloa para abordar la hoja de ruta de España en política exterior. En el Gobierno se limitan a destacar la "normalidad" de la cita y el "tono cordial". Se trata de la primera reunión entre ambos quince meses después de que se produjera su último cara a cara.

En el encuentro entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, dentro de la ronda de reuniones con los partidos para informarles de las decisiones en Bruselas, Sánchez ha insistido en su intención de subir el gasto en defensa al 2% lo antes posible y hacerlo sin que afecte a los servicios públicos. La misma postura que está prevista trasladar al resto de representantes de los grupos parlamentarios, según avanzan los colaboradores del presidente. Un blindaje del Estado de bienestar que se combina con la intención de que afecte lo mínimo posible a las arcas públicas, presionando en Bruselas para obtener transferencias, préstamos y ayudas para su financiación.

Feijóo acudió a la reunión en Moncloa con bajas expectativas, entre otras cosas, por la duración del encuentro. En el PP llevan días criticando que después de quince meses los dos grandes líderes se encuentren por primera vez en un contexto geopolítico inédito y se establezca un máximo de 30 minutos de reunión. De hecho, Feijóo no comparecerá justo al término, sino que lo hará a partir de las 12 de la mañana en el Congreso.

Uno de los asuntos que el líder conservador quería trasladar a Sánchez es que cualquier decisión que implique un aumento del gasto en defensa, y no solo un hipotético envío de tropas a Ucrania que siempre debe contar con el aval del Congreso, se vote en las Cortes Generales. Los populares piensan que decisiones de este calado deben someterse a la votación de los grupos, incluso aunque ese aval no se necesite. El PP también lo promueve, consciente de que para el presidente puede ser muy complicado tener el apoyo de sus socios habituales.

En Moncloa explican que existen mecanismos “extrapresupuestarios” para aumentar el gasto, en referencia a la aprobación de partidas en el Consejo de Ministros a cargo del Fondo de Contingencia o de créditos de Hacienda al ministerio de Defensa que no necesitan ratificación parlamentaria. Así se ha hecho hasta ahora, explican, para limitarse a garantizar que al Congreso se llevará lo que exija la ley. Solo el hipotético envío de tropas a Ucrania, algo en lo que el Gobierno todavía no quiere entrar por considerarlo un debate “absolutamente prematuro”, requiere por ley de la autorización del Congreso. Otras fórmulas, como las del crédito extraordinario para Defensa, sí deberían ser sometidos a votación, pero no se ha recurrido a ellas esta legislatura ni en la pasada. 

El presidente del Gobierno comparecerá esta tarde en Moncloa, a partir de las 17:30 horas, para dar cuenta de las reuniones con los representantes de los grupos parlamentarios. Una intervención decidida a última hora, puesto que en un principio se había barajado una comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares. El próximo 26 de marzo, además, comparecerá en el Congreso a petición propia para dar cuenta de sus intenciones y los acuerdos en las reuniones del Consejo Europeo.

Desconfianzas mutuas

Un ministro del núcleo duro del presidente del Gobierno ya rebajaba antes de la reunión cualquier expectativa para un gran acuerdo en esta materia al reprochar al líder de la oposición que “no se ha ofrecido”. Asimismo, lamentaba que por el momento los populares no estarían abordando “estos temas con altura de Estado”. El Gobierno viene apelando durante los últimos días a todas las formaciones políticas, especialmente al PP, a tener responsabilidad de Estado para sumarse al plan de rearme pactado en Bruselas por la situación en Ucrania. Sin embargo, las fisuras más visibles tienen que ver con sus socios, quien rechazan el aumento del gasto y desconfían del compromiso de Sánchez de blindar la inversión en servicios públicos.

La desconfianza es mutua. Aunque las familias europeas de socialistas y populares tienen una posición común, a nivel de la política doméstica se evita visibilizar esta coincidencia. “Si creen que sus votos servirán para boicotear, los usarán”, advertían desde el ala socialista del Ejecutivo. Entienden que el PP priorizará un castigo al Gobierno en lugar de apoyar una cuestión como el aumento del gasto en defensa que pide la UE. Como ejemplo citan su rechazo al decreto ómnibus donde se incluyó la revalorización de las pensiones.

Más allá de lo discursivo, desde la Moncloa tampoco han hecho grandes esfuerzos por apuntalar un pacto de Estado que blinde el compromiso de España con el plan de rearme. En primer lugar, porque consideran que todavía hay camino por recorrer para acabar de definir en Bruselas tanto la financiación como las prioridades de lo que se entiende como seguridad. Pedro Sánchez apuesta por las transferencias y la emisión de eurobonos, como durante la pandemia, para afrontar el aumento del gasto en defensa hasta el 2% del PIB con la menor afectación posible a las arcas públicas y salvar el Estado de bienestar.

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