Podemos tumba con PP y Vox el pacto entre PSOE y Junts para que Catalunya asuma las competencias de inmigración

Ni los retos de última hora ni las llamadas a la reflexión lanzados desde la tribuna han evitado la derrota ya pronosticada de la iniciativa acordada por el PSOE y Junts para delegar las competencias en materia migratoria a Catalunya. Los cuatro diputados de Podemos se han posicionado este martes junto a PP, Vox y UPN para rechazar el texto, el cual consideran que está imbuido del "racismo" de los posconvergentes. Además, el debate de la norma ha provocado una profunda incomodidad en el seno de Sumar y los diputados de Compromís y de Chunta Aragonesista, Alberto Ibáñez y Jorge Pueyo, respectivamente, también han rechazo el texto, aunque sus votos ya no resultaban determinantes. Así, la votación se ha saldado con 177 votos en contra y 173 a favor. Los socialistas confían en que esta derrota no pase factura a su relación con Junts, aunque los de Carles Puigdemont ya avisan de que tampoco "ayuda".

"No se trata de quitar competencias a nadie, se llama colaborar, con la ley y la Constitución", ha arrancado el diputado del PSC José Zaragoza la defensa de la proposición de ley acordada con los posconvergentes y que, entre otras cosas, planteaba que fueran los Mossos d’Esquadra quienes gestionasen "la seguridad de puertos, aeropuertos y zonas críticas en cooperación" con la Guardia Civil y la Policía Nacional, y también permitía que la Generalitat efectuase las devoluciones de inmigrantes. El dirigente socialista ha defendido que esto suponía "una delegación de competencias" y no un traspaso de las mismas.

Zaragoza ha dado así respuesta a las críticas de PP y Vox, que han tildado la norma de inconstitucional. Y a Podemos le ha reprochado que digan que "defienden mucho la España plural" y luego voten en contra de iniciativas como esta. Mucho más crítica con los morados ha sido la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, aseverando que "la extrema izquierda y la extrema derecha (españolas) son igual de anticatalanas". Además, ha criticado que se les considere racistas, aunque en su discurso ha achacado a la inmigración "el colapso de los servicios públicos" y que la "identidad de Catalunya" y su lengua estén "en peligro". 

Críticas por "racismo"

Los morados han esgrimido algunas de las palabras de Nogueras para denunciar que la iniciativa elaborada por PSOE y Junts parte de la idea de que "los migrantes son culpables de los problemas sociales". El diputado de Podemos Javier Sánchez Serna ha insistido en que su partido "está donde tiene que estar, en el antifascismo, en el antirracismo" y, a renglón seguido, ha retado a los posconvergentes a aprobar primero la iniciativa para regularizar a 500.000 migrantes que lleva meses bloqueada en el Congreso y después hablar de la delegación de competencias.

La posición de Podemos ha sido bastante criticada por varios de los socios del Ejecutivo. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha asegurado que le resulta "bastante kafkiano" decir que es una norma racista porque la presenta Junts, aunque acto seguido ha tachado de "racistas" a los posconvergentes, y ha recordado que las competencias son para Catalunya y no para Junts. Y el diputado de EH Bildu Jon Iñárritu ha avisado a los morados de que votar con las "derechas más extremas y centralistas no les ayuda".

Aun así, los morados no han sido los únicos que se han desmarcado del bloque de la investidura. Los diputados de Compromís y de Chunta Aragonesista, Alberto Ibáñez y Jorge Pueyo, respectivamente, ambos integrados en Sumar, se han posicionado en contra, rompiendo la unidad de voto del grupo parlamentario liderado por Yolanda Díaz. No obstante, han tomado la decisión después de que Podemos anunciara su rechazo, lo que ya hacía decaer la norma. IU también ha dudado durante toda la tarde si oponerse o no, pero finalmente han optado por respaldar el texto.

Relaciones a futuro

Al menos durante el debate, socialistas y posconvergentes han firmado una tregua, dirigiendo todos sus reproches al PP y a Podemos, y el fracaso de la ley no tendrá consecuencias inmediatas en la relación entre ambos partidos. Los posconvergentes son conscientes de que detrás del revés está la oposición insalvable de Podemos, pero desde la formación reconocen que no “ayuda” a la situación general de las negociaciones entre ambos partidos, informa Carlota Camps. El partido de Puigdemont cree que, dos años después de la investidura de Pedro Sánchez, son demasiado pocos los frutos que ha conseguido de su estrategia de pactar con el PSOE. Por este motivo, la dirección del partido prevé tomar una “decisión” este otoño sobre la continuidad de su apoyo a Sánchez. 

Desde la Moncloa, fuentes del Gobierno consideran que la relación con Junts "está bien" pese a la derrota y apuntan a que todos los grupos han asumido cuál es la "realidad parlamentaria", lo que provoca que muchas veces no se puedan materializar los pactos del Gobierno con determinados aliados. Además, aseguran que el plan sigue siendo "favorecer el autogobierno" y que harán todo lo posible para ello. "La voluntad es clara", aseguran, aunque por el momento evitan pronunciarse sobre si se buscará alguna solución para intentar retomar la norma que ha decaído.

Es más, desde el Ejecutivo defienden que el partido de Carles Puigdemont no puede hacerles reproche alguno porque "hasta última hora" han estado "intentado" que la iniciativa saliese adelante pero que la aritmética parlamentaria y algunos comportamientos políticos han impedido la suma necesaria, informa May Mariño.

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