El británico Chris Froome (Sky) hizo honor a su condición de favorito en la lucha del reloj y se impuso sin avasallar en la crono de 40,2 kilómetros que unió el Circuito de Navarra y Logroño, en la que Alberto Contador fue quinto y saltó a idéntico puesto de la general la víspera de Los Machucos, primer gran escollo de montaña de la semana decisiva de la Vuelta.

Froome, de 32 años y cuádruple ganador del Tour, dio otro paso hacia su sueño de ganar la Vuelta, espina clavada después de 3 segundos puestos. Venció con una trayectoria de menos a más, planificada para dar lo máximo en el último tramo, donde abrió las diferencias.

Esta vez sin avasallar, Froome dominó su cita preferida. Marcó en meta 47 minutos exactos, suficiente para arrancar un buen puñado de segundos a sus rivales, que no minutos. El holandés Wilco Kelderman (Sunweb) le siguió a 29 segundos, el "Tiburón" Vincenzo Nibali a 57y a 59 el ruso Ilnur Zakarin y Alberto Contador.

Traducido en la general, Froome dio un paso al frente en su calculado desfile hacia Madrid. Afrontará las brutales rampas de los Machucos, primer examen de montaña del tríptico cántabro-astur con 1.58 minutos delante de Nibali, 2.40 de Kelderman y con Zakarin a 3.07.

"Estoy muy feliz de haber llegado a las últimas etapas en esta situación. Mañana el final será un muro y quedan etapas muy duras, así que hay que seguir luchando", dijo el patrón de la Vuelta.

Ahí está Contador dentro del "top five". El madrileño hizo una crono grande. Llegó a ilusionar marcando los mejores tiempos provisionales en los kilómetros 13 y 28, pero los grandes favoritos le desplazaron al quinto lugar.

El podio se le alejó, y además le pisa los talones el colombiano "Supermán" López, a 27 segundos, que se frota las manos cada vez que ve el perfil de Los Machucos o del Angliru. No obstante, el madrileño mantiene su espíritu gladiador. "Estoy contento, pero no tenia referencias, iba perdido, aún así me ha salido bien, Quedan cinco días muy bonitos y pueden pasar muchas cosas", advirtió.

Eran 40,2 kilómetros temidos en el "día de las diferencias", cita marcada a fuego por Froome para dejar la Vuelta sentenciada. Un inicio rápido desde el circuito de velocidad de Los Arcos para afrontar tras la hornada de descanso un recorrido exigente, con repechos, entre viñedos y bodegas. Una prueba bombón para especialistas del crono, azote para los escaladores.

En la salida, aroma a campeón, con la ilustre presencia de Miguel Indurain, y en el kilómetro 13 homenaje al legendario campeón del mundo de motociclismo fallecido el pasado 3 de agosto. Por ese punto donde la organización colocó la pancarta de "12 1" el mejor tiempo lo marcó Kelderman el mejor registro (15 minutos), sacando a Zakarin 16 segundos, a Contador 18, a Froome 23 y a Nibali 25.

Inicio conservador del maillot rojo, quien se ajustó las tuercas en el segundo tramo de la crono para ir despegando paso a paso. En el 28 ya se puso al mando con 33.43 minutos. Algo más que un aviso. Era la constatación de que la máquina ya estaba engrasada. Soñó Kilderman con la hazaña, incluso un rato Contador cuando se ponía al frente en la meta de Logroño.

El trago estelar estaba reservado para el mejor catador de la crono, para un líder sólido, firme y convencido de sus fuerzas y las de su equipo. El tiempo le dio la razón en la tierra del vino, donde dio otro paso hacia el trámite de descorchar el champán en Madrid. Por delante una semana de locura en la montaña.

El esprint final de la Vuelta se inicia con una jornada de temblar con tres exigentes puertos en los 180,5 kilómetros de recorrido entre Villadiego y Los Machucos, final inédito que ilusiona a la organización de la Vuelta y atemoriza a los corredores.

Para empezar el Portillo de Lunada (2a,8.3 kms al 5.7), para continuar por Alisas (1a, 10 kms al 6) y finalizar en el Alto de los Machucos, de categoría especial, con sus 7.2 kms al 8.7 por ciento. Día grande para los escaladores.