"¡Por fin la Vuelta, debió gritar Chris Froome nada más entrar en la meta de Cibeles. El ciclista británico, tras seis intentos y tres segundos puestos conquistó el maillot rojo, que une al amarillo del Tour de Francia. Un doblete histórico que solo habían logrado Jacques Anquetil, en 1963, y Bernard Hinault, en 1978.

Una espina clavada que por fin se quita el cuádruple ganador del Tour de Francia, obsesionado desde 2011 con la roja. Nairo Quintana, Alberto Contador, Juan José Cobo, son algunos de los que le habían cerrado el camino.

Pero una espina en la piel molesta, y el británico, testarudo, se metió el objetivo de la Vuelta entre ceja y ceja tras imponerse en el Tour. Para ello cambió su preparación, quería culminar su doblete con éxito. Y despejó dudas desde la tercera jornada: vino a competir y en Andorra ya era líder.

Froome debutó en la Vuelta 2011 y llegó a ir de líder en una jornada, pero los intereses del Sky estaban centrados en el entonces jefe de filas, Bradley Wiggins. El keniano de nacimiento aún era un desconocido, pero camino del Angliru se descubrió un nuevo ciclista, capaz de batir a su líder, pero no a Juanjo Cobo.

En las siguientes etapas, el británico conseguiría el triunfo en Peña Cabarga, pero sin recortar los trece segundos que le distanciaron de Cobo en el podio de Madrid.

En 2012 fue segundo en un Tour en el que demostró ser superior a Wiggins, pero la obediencia le frenó. En la Vuelta dejó sus opciones en las rampas del Cuitu Negru y al día siguiente, camino de Fuente Dé, el día de la hazaña de Contador. Finalizó la carrera en cuarta posición, lejos del podio.

En 2014 llegó a la Vuelta después de abandonar en el Tour de Francia. Se presentó con frescura, pero lejos de su mejor momento de forma, como evidenció en la crono de Borja, en la que se impuso Tony Martin y la roja se la enfundó Contador. El madrileño le cerró el paso.

Nuevo infortunio de Froome en la Vuelta 2015. Hubo de retirarse tras la undécima etapa por una caída en Andorra que le produjo una pequeña fractura en un pie. Marchaba octavo en la general a 1.18 del líder Tom Dumoulin (Giant), pero con solamente 20 segundos sobre el segundo, Joaquim "Purito" Rodríguez.

En 2016 fue segundo de nuevo, por tercera vez. Froome perdió tiempo en las primeras etapas, pero llegó con opciones al tramo final. En la cima del Aubisque entró de la mano de Nairo Quintana. Solamente perdía 54 segundos con el colombiano, pero la carrera se revolucionó camino de Formigal, un día después.

Una etapa de 118,5 kilómetros se convirtió en una trampa. Alberto Contador montó una escapada de inicio. Se llevó a rueda a un grupo entre los cuáles aparecían algunos de sus compañeros y Nairo Quintana.

El británico quedó cortado y empezó a perder terreno, llegando a la meta con una pérdida de 2.40 respecto al vencedor, el italiano Gianluca Brambilla, con Nairo Quintana a 3 segundos. Quintana se alejó hasta los 3.37, una diferencia insalvable.

Una contrarreloj en Calpe le permitió acercarse, pero no lo suficiente, ya que finalizó la Vuelta en segunda posición a 1.23 de Nairo Quintana.

Otra frustración para Froome, pero no bajó la guardia, y tras el triunfo en el Tour, el único del año hasta el instante, se alistó a la Vuelta, una carrera que le gusta. Cuentas pendientes, casi una obsesión. Sin avasallar, pero con regularidad, se puso líder en Andorra en la tercera jornada.

Venció en Cumbres del Sol, donde Dumoulin le abatió en 2015, y remató en la crono de Logroño. A pesar de la tormenta que sufrió con Contador, aguantó el tipo en Los Machucos y Angliru y se presentó de rojo en Madrid. Espina fuera. Por fin, Froome logró la roja.