El Gobierno parece decidido a equiparar dentro de poco la fiscalidad del diésel y la gasolina, y recaudar así 2.100 millones de euros. Esta medida hará que el gasóleo suba 9,55 céntimos de euro por litro. De esa forma se emparejarán los impuestos, ya que el de la gasolina llega ahora mismo a los 40,25 céntimos por litro, y el gasóleo a los 30,7 céntimos.

Esto afectará a muchos conductores en España, puesto que siete de cada 10 coches nuevos vendidos en los últimos años eran diésel. A pesar de tener un coste mayor, llenar el depósito costaba menos y el combustible aguantaba más. Sin embargo, el caso Volkswagen destapado en 2015 y el gas nocivo, han hecho que la reputación del diésel descienda entre la sociedad. Además, las ciudades han cerrado el paso de los automóviles de gasóleo más antiguos al centro, porque contaminan un 97% más que los fabricados en 2018.

Por estos motivos, las ventas de estos turismos han ido bajando los últimos años. Aun así, los fabricantes aseguran que los motores de este tipo siguen siendo eficientes. Según ellos, los diésel emiten lo justo y los consumidores se los pueden permitir gracias a su coste económico.

Bajada del valor de mercado

El 'dieselgate' ha incentivado la decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que ha asegurado a través de diferentes voces que "el diésel tiene los días contados". De momento no hay fecha fijada para su posible prohibición, pero sí se irán retirando de la circulación. Esto repercutirá en el valor de mercado de todos los diésel, por lo que si se ha comprado recientemente un coche de gasóleo, su precio en una futura venta será menor.

En caso de querer deshacerse del diésel, la opción más escogida en estos momentos es la de gasolina. Y las versiones bi-fuel también están siendo muy demandadas, que incluyen autogás o gas natural comprimido. Eso sí, el precio de estos vehículos sube considerablemente, al igual que cuando se añade tecnología: híbridos, híbridos 'enchufables' y eléctricos puros.