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Ángel González
Ver galería >Setenta años después, la Universidad Laboral volvió a llenarse de voces de quienes fueron sus pioneros, aunque ya no suenen infantiles sino que sean las de unos sabios y veteranos de la vida. La Sala de Recepción del complejo acogió la inauguración de la exposición conmemorativa de la primera promoción, la de 1955-1956. Aquella vez fueron 412 los estudiantes matriculados, 309 internos y el resto externos, tal como atestigua el registro de aquel año. Ahora, una treintena regresó para celebrar la efeméride y reencontrarse con sus antiguos compañeros.
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Setenta años después, la Universidad Laboral volvió a llenarse de voces de quienes fueron sus pioneros, aunque ya no suenen infantiles sino que sean las de unos sabios y veteranos de la vida. La Sala de Recepción del complejo acogió la inauguración de la exposición conmemorativa de la primera promoción, la de 1955-1956. Aquella vez fueron 412 los estudiantes matriculados, 309 internos y el resto externos, tal como atestigua el registro de aquel año. Ahora, una treintena regresó para celebrar la efeméride y reencontrarse con sus antiguos compañeros.
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Setenta años después, la Universidad Laboral volvió a llenarse de voces de quienes fueron sus pioneros, aunque ya no suenen infantiles sino que sean las de unos sabios y veteranos de la vida. La Sala de Recepción del complejo acogió la inauguración de la exposición conmemorativa de la primera promoción, la de 1955-1956. Aquella vez fueron 412 los estudiantes matriculados, 309 internos y el resto externos, tal como atestigua el registro de aquel año. Ahora, una treintena regresó para celebrar la efeméride y reencontrarse con sus antiguos compañeros.
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Setenta años después, la Universidad Laboral volvió a llenarse de voces de quienes fueron sus pioneros, aunque ya no suenen infantiles sino que sean las de unos sabios y veteranos de la vida. La Sala de Recepción del complejo acogió la inauguración de la exposición conmemorativa de la primera promoción, la de 1955-1956. Aquella vez fueron 412 los estudiantes matriculados, 309 internos y el resto externos, tal como atestigua el registro de aquel año. Ahora, una treintena regresó para celebrar la efeméride y reencontrarse con sus antiguos compañeros.
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Setenta años después, la Universidad Laboral volvió a llenarse de voces de quienes fueron sus pioneros, aunque ya no suenen infantiles sino que sean las de unos sabios y veteranos de la vida. La Sala de Recepción del complejo acogió la inauguración de la exposición conmemorativa de la primera promoción, la de 1955-1956. Aquella vez fueron 412 los estudiantes matriculados, 309 internos y el resto externos, tal como atestigua el registro de aquel año. Ahora, una treintena regresó para celebrar la efeméride y reencontrarse con sus antiguos compañeros.
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Setenta años después, la Universidad Laboral volvió a llenarse de voces de quienes fueron sus pioneros, aunque ya no suenen infantiles sino que sean las de unos sabios y veteranos de la vida. La Sala de Recepción del complejo acogió la inauguración de la exposición conmemorativa de la primera promoción, la de 1955-1956. Aquella vez fueron 412 los estudiantes matriculados, 309 internos y el resto externos, tal como atestigua el registro de aquel año. Ahora, una treintena regresó para celebrar la efeméride y reencontrarse con sus antiguos compañeros.
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