Los ruidos de los pasillos, las carreras y el ambiente de la cafetería han dado paso al silencio. La Universidad de Oviedo está desierta tras el inicio de las clases online y la facultad de Economía y empresa es un ejemplo. Aquí el único indicio de actividad es el de los servicios de limpieza que cada día desinfectan unas aulas que se han quedad huérfanas sin alumnos. Profesores y alumnos han cambiado su rutina y aprenden cada día a través de las pantallas. La tecnología ayuda pero no puede sustituir a la presencialidad, aseguran.
Las clases online dejan desierta la universidad
Los ruidos de los pasillos, las carreras y el ambiente de la cafetería han dado paso al silencio. La Universidad de Oviedo está desierta tras el inicio de las clases online y la facultad de Economía y empresa es un ejemplo. Aquí el único indicio de actividad es el de los servicios de limpieza que cada día desinfectan unas aulas que se han quedad huérfanas sin alumnos. Profesores y alumnos han cambiado su rutina y aprenden cada día a través de las pantallas. La tecnología ayuda pero no puede sustituir a la presencialidad, aseguran.
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Irma Collín
Los ruidos de los pasillos, las carreras y el ambiente de la cafetería han dado paso al silencio. La Universidad de Oviedo está desierta tras el inicio de las clases online y la facultad de Economía y empresa es un ejemplo. Aquí el único indicio de actividad es el de los servicios de limpieza que cada día desinfectan unas aulas que se han quedad huérfanas sin alumnos. Profesores y alumnos han cambiado su rutina y aprenden cada día a través de las pantallas. La tecnología ayuda pero no puede sustituir a la presencialidad, aseguran.
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