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La fiesta de San Antón, de normal, se celebra cada 17 de enero: los animales se acercan con sus dueños al templo y reciben la bendición del párroco de guardia. La iglesia, antes que el propio Estado, hace tiempo que siente que las mascotas son seres sintientes. Esto pasó, mismamente, ayer poco antes del mediodía. En la iglesia de San Agustín, la del parque de La Magdalena. Una verdadera celebración con una semana de retraso. Porque este de ahora aún no es un tiempo normal. Ómicron mediante.
Ricardo Solís
La fiesta de San Antón, de normal, se celebra cada 17 de enero: los animales se acercan con sus dueños al templo y reciben la bendición del párroco de guardia. La iglesia, antes que el propio Estado, hace tiempo que siente que las mascotas son seres sintientes. Esto pasó, mismamente, ayer poco antes del mediodía. En la iglesia de San Agustín, la del parque de La Magdalena. Una verdadera celebración con una semana de retraso. Porque este de ahora aún no es un tiempo normal. Ómicron mediante.
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