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Luisma Murias
Ver galería >La pareja, de 46 y 49 años, respectivamente, cumple con el ritual de las fiestas del Puchero ante decenas de asistentes en la ermita de La Luz. Primero, compartieron un tarro de "llechi presa" y, tras lanzar Abel el recipiente de barro contra el crucero, se dieron 95 besos por cada uno de los pedazos recogidos.
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La pareja, de 46 y 49 años, respectivamente, cumple con el ritual de las fiestas del Puchero ante decenas de asistentes en la ermita de La Luz. Primero, compartieron un tarro de "llechi presa" y, tras lanzar Abel el recipiente de barro contra el crucero, se dieron 95 besos por cada uno de los pedazos recogidos.
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La pareja, de 46 y 49 años, respectivamente, cumple con el ritual de las fiestas del Puchero ante decenas de asistentes en la ermita de La Luz. Primero, compartieron un tarro de "llechi presa" y, tras lanzar Abel el recipiente de barro contra el crucero, se dieron 95 besos por cada uno de los pedazos recogidos.
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La pareja, de 46 y 49 años, respectivamente, cumple con el ritual de las fiestas del Puchero ante decenas de asistentes en la ermita de La Luz. Primero, compartieron un tarro de "llechi presa" y, tras lanzar Abel el recipiente de barro contra el crucero, se dieron 95 besos por cada uno de los pedazos recogidos.
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La pareja, de 46 y 49 años, respectivamente, cumple con el ritual de las fiestas del Puchero ante decenas de asistentes en la ermita de La Luz. Primero, compartieron un tarro de "llechi presa" y, tras lanzar Abel el recipiente de barro contra el crucero, se dieron 95 besos por cada uno de los pedazos recogidos.
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La pareja, de 46 y 49 años, respectivamente, cumple con el ritual de las fiestas del Puchero ante decenas de asistentes en la ermita de La Luz. Primero, compartieron un tarro de "llechi presa" y, tras lanzar Abel el recipiente de barro contra el crucero, se dieron 95 besos por cada uno de los pedazos recogidos.
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La pareja, de 46 y 49 años, respectivamente, cumple con el ritual de las fiestas del Puchero ante decenas de asistentes en la ermita de La Luz. Primero, compartieron un tarro de "llechi presa" y, tras lanzar Abel el recipiente de barro contra el crucero, se dieron 95 besos por cada uno de los pedazos recogidos.
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