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Agencias
Ver galería >Una joven finlandesa coge un tren para viajar de Moscú a Murmansk a ver unos petroglifos. Son los años ochenta y no hay móviles. Con esa premisa, el realizado Juho Kuosmanen ha construido una película sencilla y mágica, que destila humor y humanidad y que ha sido muy bien acogida en Cannes.
Una joven finlandesa coge un tren para viajar de Moscú a Murmansk a ver unos petroglifos. Son los años ochenta y no hay móviles. Con esa premisa, el realizado Juho Kuosmanen ha construido una película sencilla y mágica, que destila humor y humanidad y que ha sido muy bien acogida en Cannes.
Una joven finlandesa coge un tren para viajar de Moscú a Murmansk a ver unos petroglifos. Son los años ochenta y no hay móviles. Con esa premisa, el realizado Juho Kuosmanen ha construido una película sencilla y mágica, que destila humor y humanidad y que ha sido muy bien acogida en Cannes.
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