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Miki López / Fuentes de Invierno
Ver galería >Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
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Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".
Miki López / Fuentes de Invierno
Los puertos de Pajares y San Isidro parecían a primera hora de la mañana de este domingo la entrada de una gran ciudad en hora punta. Tras dos días de espera, a la tercera fue la vencida, y los esquiadores, contados por cientos, ya pudieron inaugurar una campaña que se ha hecho de rogar, pero que finalmente ha visto la luz. Con algunas colas, pero con una gran jornada de sol y nieve, Asturias ya tiene sus dos estaciones en marcha. En Valgrande-Pajares, la gran novedad era la telecabina, un remonte que ha costado casi 10 millones de euros y que estaba a pleno rendimiento. Sus más de cuarenta cabinas subían a los esquiadores en poco más de cinco minutos entre la parte baja y la zona alta de la estación. Antes eran veinte. Y aunque al principio hubo que hacer colas de algo más de media hora, lo cierto es que el sabor de boca de los usuarios era bueno. "Esto es otro mundo, otro nivel".