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Cientos de niños -y por qué no decirlo, también de padres- disfrutaron esta tarde en Mieres del que ya empieza a ser uno de los actos tradicionales en las Navidades del concejo: la Nochevieja infantil. Hubo, como no, cotillón, mucha música, campanadas y uvas dulces para todos los que se animaron a acercarse hasta la plaza del ayuntamiento.
A. V. / D. M.
Cientos de niños -y por qué no decirlo, también de padres- disfrutaron esta tarde en Mieres del que ya empieza a ser uno de los actos tradicionales en las Navidades del concejo: la Nochevieja infantil. Hubo, como no, cotillón, mucha música, campanadas y uvas dulces para todos los que se animaron a acercarse hasta la plaza del ayuntamiento.
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Cientos de niños -y por qué no decirlo, también de padres- disfrutaron esta tarde en Mieres del que ya empieza a ser uno de los actos tradicionales en las Navidades del concejo: la Nochevieja infantil. Hubo, como no, cotillón, mucha música, campanadas y uvas dulces para todos los que se animaron a acercarse hasta la plaza del ayuntamiento.
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Cientos de niños -y por qué no decirlo, también de padres- disfrutaron esta tarde en Mieres del que ya empieza a ser uno de los actos tradicionales en las Navidades del concejo: la Nochevieja infantil. Hubo, como no, cotillón, mucha música, campanadas y uvas dulces para todos los que se animaron a acercarse hasta la plaza del ayuntamiento.
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Cientos de niños -y por qué no decirlo, también de padres- disfrutaron esta tarde en Mieres del que ya empieza a ser uno de los actos tradicionales en las Navidades del concejo: la Nochevieja infantil. Hubo, como no, cotillón, mucha música, campanadas y uvas dulces para todos los que se animaron a acercarse hasta la plaza del ayuntamiento.
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