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José Luis Roca
Ver galería >La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
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La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M fue aplastante. Logró que el PP pasara de 30 a 65 escaños pese a la pandemia, la crisis social y económica y pertenecer a un partido lastrado por graves escándalos de corrupción. Euforia total. Sin embargo, esos 65 diputados no son suficientes para tener "libertad", su palabra fetiche de la campaña electoral. Ayuso empezó este viernes su segundo mandato al lograr pasar la votación de investidura a la primera, pero a un precio que todavía no sabe cuan elevado será: el PP dependerá de Vox.
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