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Pasear por Oviedo después de haber visitado en la exposición “La ciudad despierta” –Sala SabadellHerrero; 653 fotografías de la capital asturiana entre 1858 y 1978, procedentes de los fondos del Muséu del Pueblu D’Asturies– abre los ojos a un pasado urbanístico ya desaparecido y permite dejarse llevar por la aparición algo fantasmal de calles, gentes y edificios que ahora ya sólo viven en esas añejas imágenes. La selección de las fotografías para la muestra, abierta hasta el próximo domingo 21 de febrero, fue ardua y muchas se quedaron fuera. Es el caso de las que aparecen en esta página, que forman parte de un álbum fechado en octubre de 1904 y que en la exposición no se muestra íntegro. El contenido de este álbum, que recupera parcialmente LA NUEVA ESPAÑAa, es obra de Manuel Rivero Balbín (Seloriu, Villaviciosa, 1861-1938) y muestra la capital asturiana en los primeros años del siglo XX, con imágenes sorprendentes del estado que presentaba entonces Santa María del Naranco, con espadaña, o la entrada de los obreros en la fábrica de La Vega, donde trabajaba también el autor de las imágenes.
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