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El homenaje al deán de la Catedral de Oviedo, Benito Gallego Casado, fue un reconocimiento a la Catedral. Así lo quiso el propio sacerdote leonés, un ovetense más después de 47 años en la ciudad, y así lo quiso también el calendario, pues la inauguración de la plaza que lleva ya su nombre, en la confluencia de las calles Goya y Asensio Bretones, coincidió con las obras para la mejora de los accesos a la torre del templo del Salvador. Alrededor de la plaza se le juntaron ayer al deán de la Catedral no solo el Alcalde Canteli, también toda la familia de su Villamoratiel de Las Matas natal, aunque buena parte de ella afincada también en Oviedo. Estuvieron todos los hermanos: María Antonia, Bernarda, Nicolás y Francisco Gallego. Sobrinos, primos y demás familias. Sacerdotes como José Antonio Gómez Haces, miembros de la cofradía de Los Estudiantes, personal de la Catedral y el equipo de arquitectos que ahora mismo están llevando a cabo las obras.
Jaime Casanova
El homenaje al deán de la Catedral de Oviedo, Benito Gallego Casado, fue un reconocimiento a la Catedral. Así lo quiso el propio sacerdote leonés, un ovetense más después de 47 años en la ciudad, y así lo quiso también el calendario, pues la inauguración de la plaza que lleva ya su nombre, en la confluencia de las calles Goya y Asensio Bretones, coincidió con las obras para la mejora de los accesos a la torre del templo del Salvador. Alrededor de la plaza se le juntaron ayer al deán de la Catedral no solo el Alcalde Canteli, también toda la familia de su Villamoratiel de Las Matas natal, aunque buena parte de ella afincada también en Oviedo. Estuvieron todos los hermanos: María Antonia, Bernarda, Nicolás y Francisco Gallego. Sobrinos, primos y demás familias. Sacerdotes como José Antonio Gómez Haces, miembros de la cofradía de Los Estudiantes, personal de la Catedral y el equipo de arquitectos que ahora mismo están llevando a cabo las obras.
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Jaime Casanova
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Jaime Casanova
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