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Se perdió una oportunidad pero el siguiente intento de subir a Primera ya está en marcha. Se lo dijeron a los jugadores azules alrededor de medio millar de aficionados que les esperaron en el Carlos Tartiere tras la dolorosa derrota del Oviedo por 2-0 en el campo del Espanyol, en Barcelona, en el último partido de la temporada, el que podía haber culminado un regreso que, de cualquier manera, es imparable. Llegaba una plantilla deshecha por el dolor de haber desperdiciado el 1-0 del partido de ida en el Tartiere de la final del play-off de ascenso, pero ni mucho menos se encontraron lágrimas en el recibimiento, por supuesto ningún reproche, tan solo orgullo, el que siente el oviedismo por un equipo que ha estado a punto de lograr el regreso más esperado, ese que lleva más de dos décadas esperándose y que, por el camino, ha tenido más amarguras que alegrías como las que se han llevado esta temporada
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Se perdió una oportunidad pero el siguiente intento de subir a Primera ya está en marcha. Se lo dijeron a los jugadores azules alrededor de medio millar de aficionados que les esperaron en el Carlos Tartiere tras la dolorosa derrota del Oviedo por 2-0 en el campo del Espanyol, en Barcelona, en el último partido de la temporada, el que podía haber culminado un regreso que, de cualquier manera, es imparable. Llegaba una plantilla deshecha por el dolor de haber desperdiciado el 1-0 del partido de ida en el Tartiere de la final del play-off de ascenso, pero ni mucho menos se encontraron lágrimas en el recibimiento, por supuesto ningún reproche, tan solo orgullo, el que siente el oviedismo por un equipo que ha estado a punto de lograr el regreso más esperado, ese que lleva más de dos décadas esperándose y que, por el camino, ha tenido más amarguras que alegrías como las que se han llevado esta temporada
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Se perdió una oportunidad pero el siguiente intento de subir a Primera ya está en marcha. Se lo dijeron a los jugadores azules alrededor de medio millar de aficionados que les esperaron en el Carlos Tartiere tras la dolorosa derrota del Oviedo por 2-0 en el campo del Espanyol, en Barcelona, en el último partido de la temporada, el que podía haber culminado un regreso que, de cualquier manera, es imparable. Llegaba una plantilla deshecha por el dolor de haber desperdiciado el 1-0 del partido de ida en el Tartiere de la final del play-off de ascenso, pero ni mucho menos se encontraron lágrimas en el recibimiento, por supuesto ningún reproche, tan solo orgullo, el que siente el oviedismo por un equipo que ha estado a punto de lograr el regreso más esperado, ese que lleva más de dos décadas esperándose y que, por el camino, ha tenido más amarguras que alegrías como las que se han llevado esta temporada
DAVID CABO
Se perdió una oportunidad pero el siguiente intento de subir a Primera ya está en marcha. Se lo dijeron a los jugadores azules alrededor de medio millar de aficionados que les esperaron en el Carlos Tartiere tras la dolorosa derrota del Oviedo por 2-0 en el campo del Espanyol, en Barcelona, en el último partido de la temporada, el que podía haber culminado un regreso que, de cualquier manera, es imparable. Llegaba una plantilla deshecha por el dolor de haber desperdiciado el 1-0 del partido de ida en el Tartiere de la final del play-off de ascenso, pero ni mucho menos se encontraron lágrimas en el recibimiento, por supuesto ningún reproche, tan solo orgullo, el que siente el oviedismo por un equipo que ha estado a punto de lograr el regreso más esperado, ese que lleva más de dos décadas esperándose y que, por el camino, ha tenido más amarguras que alegrías como las que se han llevado esta temporada
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Se perdió una oportunidad pero el siguiente intento de subir a Primera ya está en marcha. Se lo dijeron a los jugadores azules alrededor de medio millar de aficionados que les esperaron en el Carlos Tartiere tras la dolorosa derrota del Oviedo por 2-0 en el campo del Espanyol, en Barcelona, en el último partido de la temporada, el que podía haber culminado un regreso que, de cualquier manera, es imparable. Llegaba una plantilla deshecha por el dolor de haber desperdiciado el 1-0 del partido de ida en el Tartiere de la final del play-off de ascenso, pero ni mucho menos se encontraron lágrimas en el recibimiento, por supuesto ningún reproche, tan solo orgullo, el que siente el oviedismo por un equipo que ha estado a punto de lograr el regreso más esperado, ese que lleva más de dos décadas esperándose y que, por el camino, ha tenido más amarguras que alegrías como las que se han llevado esta temporada
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