Oviedo

María José IGLESIAS

José Manuel Estrada, «Pipi», (Gijón, 1957) pasa de cantar los goles del Madrid a posar ligerito de ropa con la misma naturalidad con la que se come un caramelo. Las recientes memorias, en las que relata con pelos y señales sus intimidades con Terelu Campos, le han llevado de nuevo a la primera línea de la actualidad rosa. Lo de Pipi lo lleva con orgullo: se lo pusieron los amigos en Gijón de niño, porque era tan travieso como Pipi Calzaslargas. El pasado miércoles estuvo en Oviedo para retransmitir el partido España-Letonia para Punto Radio. Tuvo tiempo para disfrutar de la sidra y la fabada, dos de sus grandes pasiones.

-¿Le parece elegante ir por ahí a contar sus hazañas sexuales previo paso por caja?

-La puesta en escena no es la más adecuada, pero soy un ser humano, vulnerable. He vivido con el síndrome de Estocolmo. Cuando tu autoestima está por los suelos te da miedo salir al exterior. Contar mis intimidades ha sido una liberación. Todos nos hemos arrastrado por amor.

-¿Todo lo que cuenta es verdad?

-Absolutamente todo.

-Tras salir de Onda Cero ha vuelto a la radio y comparte micro con su ex suegra Teresa Campos, a la que acusa de haber intervenido en su despido de Onda Cero. Lo que es la vida...

-Estoy feliz con Josep Pedrerol y el equipo de «El Mirador del Deporte». Esta profesión es preciosa, aunque algunos se empeñen en hacer de ella lo contrario. Hay mucho paniaguado, sobre todo en la prensa del corazón, gente amoral que quiere escalar a costa de lo que sea. Tanto Pedrerol como Luis del Olmo se han portado conmigo de diez. De Onda Cero me despidieron en marzo de 2006 por cuestiones personales. Casualmente, acababa de romper con Terelu. La familia Campos mantiene muy buena amistad con Javier González Ferrari. A María Teresa le deseo muchos éxitos. Estamos en el mismo carro.

-Lo ha enseñado todo en una revista, comparte su vida con una ex estrella del cine porno, ha escrito sus memorias sexuales, su ex esposa le tiró la ropa por el balcón. ¿Se arrepiente de algo?

-Si tuviese que ir por ahí arrepintiéndome, sería un desgraciado. Afronto la vida como viene. Unas veces acierto, otras me equivoco. Estoy feliz. Si eres generoso con la vida, la vida lo será contigo. Al que hace mal, ese mal le acaba volviendo.

-Pues a muchos malos les va muy bien.

-Ha habido personas que han estado en la cumbre y de repente desaparecen; entonces se dan cuenta de que no han conseguido nada en la vida. Ser buena persona siempre tiene premio. Lo que pasa es que hay mucha gente que cuando conoce el caviar lo necesita todos los días; sólo son felices cuando tienen cargos importantes. Yo me adapto a todo.

-Como Julio Iglesias con aquello del trozo de pan y el caviar...

-Lo mismo. Yo también jugué al fútbol, en los infantiles del Sporting y luego en la Fundación Revillagigedo. En Tercera tuve una lesión.

-Lo que se ha perdido el fútbol mundial.

-Bueno, no era ningún Ronaldo. Mi ídolo fue mi padre. Era un mujeriego empedernido. A mí me dio valores como la humildad, la nobleza y otros atributos genéticos que se han visto.

-María Teresa Campos insinuó la crisis conyugal de los Duques de Lugo, sin dar nombres. Menuda se ha montado.

-Un periodista da una noticia con pelos y señales o no la da. No se puede crear morbo en torno a especulaciones. Tirar la piedra y esconder la mano no resulta admisible. Quien hace eso se equivoca gravemente. Ésa fue la grandeza de José María García: atreverse a decirlo todo claro.

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