Una iniciativa para vestir con cinturones de castidad a las masajistas y reducir así la promiscuidad que rodea a este servicio en Indonesia ha desatado un controvertido debate en el que se mezclan moralidad, prostitución y derechos de la mujer, informa «Efe». Quienes están a favor de la polémica propuesta aseguran que se trata tan sólo de evitar que los clientes de sexo masculino se propasen con las trabajadoras y que es un paso más para erradicar la prostitución, tipificada como delito en el país.