Carla Bruni tiene su propio despacho en el Elíseo, donde ultima los preparativos de sus viajes de Estado, o sus actividades como primera dama. Esta semana tenía que elegir, para un reportaje, las mejores fotografías del primer año de su marido, Nicolás Sarkozy, como presidente de Francia. Esto propició un encuentro del matrimonio ante las cámaras, informa «OTR/Press».

«¿Podemos entrar, amor mío?». Ante estas palabras de Carla, su marido no pudo negarse, y los periodistas que seguían a la modelo acabaron captando imágenes poco convencionales de un mandatario. Con ella sobre sus rodillas, el dirigente galo no dudó en destacar el «monumento a la inteligencia» que representa la cantante. «Si Carla se ha convertido en una de las más grandes "top-models" mundiales no es simplemente porque sea bella. Es muy inteligente. Es una mujer cerebral que piensa y trabaja todos los detalles», dijo. De esta manera defendió la figura de su tercera esposa, a la que siempre se refiere como «mi ángel», y criticó a aquellos que un día le dijeron que Carla iba a destruirlo. «No lo ha hecho, tampoco me ha cambiado en absoluto», señaló.