La Infanta Elena es una mujer renovada tras su separación de Jaime de Marichalar. El 13 de mayo, se cumplieron seis meses del «cese temporal de la convivencia» de los duques de Lugo, y la hija mayor de los Reyes, que ya no lleva la alianza de casada, está más feliz que nunca.

Doña Elena está centrada en sus hijos, Froilán y Victoria; en su trabajo como profesora de inglés de la escuela infantil Micos; en cumplir con sus compromisos oficiales como miembro de la Familia Real y en retomar su carrera hípica, informó «Diez Minutos». Por este motivo, la duquesa de Lugo se ha vuelto inseparable de Felipe Zuleta, su instructor hípico, con el que todos los días se encuentra en el Club de Campo de Madrid para entrenar. Felipe es miembro del Cuarto Militar al servicio de la Casa Real. Felizmente casado, el militar acompaña a doña Elena en todos los actos, públicos o privados que tienen que ver con la hípica.