Julie Couillard, la mujer que causó la dimisión del ministro de Exteriores canadiense, Maxime Bernier, está relacionada con una importante banda criminal.

La oposición canadiense pidió la semana pasada la cabeza de Bernier tras revelarse que se había dejado importantes documentos concernientes a la OTAN en casa de esta mujer tan ligada al mundo del hampa, informó «El Mundo».

Desde que dimitió de sus funciones, la sentencia juliana «la mujer del César no sólo tiene que ser honesta, sino también parecerlo» debe haber rondado más de una vez la cabeza del conservador Bernier.

Parece que Couillard, de 39 años, fue detenida en 1995 junto a su novio Guilles Giguère, miembro de Los Ángeles del Infierno, por extorsión y amenazas. Ambos fueron liberados sin cargos y Giguère fue asesinado por la banda, que pensaba que la Policía había retirado los cargos a cambio de información del grupo. Cuando en 1997, Couillard se casó con Stèphane Sirois, encargado en la banda de la división del tráfico de cocaína, el jefe del grupo, Maurice Boucher, le comunicó al novio que no se fiaba de «esa zorra» y que debía abandonar su función. El matrimonio duró dos años. Después, Couillard emprendió su carrera como agente inmobiliario y, en 2007, conoció a Bernier.