La ministra más joven de la historia de la democracia, Bibiana Aído, de 31 años, ha conseguido que su novio, Julián Martínez García, de 49, se quite años de encima y haya renunciado a su puesto en Sevilla para estar con ella en Madrid. Aído le ha rejuvenecido, como puede comprobarse en las dos fotografías de la derecha. La primera -con gafas, corbata, chaqueta gris y expresión cansada- data de 2004. Y la de la derecha de 2006, con un atuendo más deportivo, sin gafas, y con una barba recortada a la moda, fecha en la que ya había conocido a la actual titular de la cartera de Igualdad.

Nueve meses después de prometer su cargo como ministra, Bibiaba Aído ha conseguido crear una cortina de humo en torno a su vida privada, de la que poco o nada se sabe. Sus allegados, pocos pero muy fieles, advierten: «Bibiana es una militante radical de la privacidad». Y apuesta por la reunificación «familiar». Julián Martínez es ahora el nuevo delegado de la Junta de Andalucía en Madrid, algo así como el enlace entre el Gobierno regional y los complicados resortes de la gestión desde Madrid.

Los que saben de política dicen que este cargo como delegado de la Administración andaluza en la capital no es más que un puesto fantasma, un trabajo de oficina. Alejado de las emociones de la alta política que este almeriense venía experimentando como responsable del Centro de Investigación y Análisis del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Todo un caramelo para un historiador como él y última etapa de la intensa y ascendente carrera política que este licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Granada había fabricado desde que fue delegado provincial de Cultura en Almería entre 1994 y 1996.

Entonces, ¿por qué ha frenado en seco sus aspiraciones políticas con un puesto que, según todos, le queda pequeño? La respuesta está en Bibiana Aído, con un movimiento en el que ambos superan los estereotipos. Es él, y no ella, quien deja de lado su vida profesional a cambio de que la sentimental salga adelante. Es él quien ha demostrado estar dispuesto a todo por la que es su pareja desde hace más de tres años.

Las confesiones de algunos amigos y conocidos de la pareja han servido para encajar las piezas del puzle y arrojar algo de luz sobre esta relación. Bibiana y Julián llevan juntos más de tres años y, según un ex compañero de Martínez García, no son primerizos en los entresijos de la convivencia: «Ya vivían juntos en Sevilla y, tras la marcha ministerial de Aído, han estado a caballo entre ambas ciudades», según informa «El Mundo».

«Él estaba casado y tiene un hijo de 18 o 19 años y una hija de 15 o 16», afirma otro ex compañero de Julián. «En Vélez Rubio siempre se ha dicho que se separó porque había otra mujer». ¿Fue Bibiana, entonces, la que precipitó la ruptura? «Las fechas coinciden, sólo puedo decir eso», sentencia este antiguo colega. Para muchos, la mano de la Ministra estaría detrás del nombramiento de su novio. «Ella tiene mucho poder y, como es lógico, muchos contactos en Madrid», explica un trabajador del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules, localidad natal de Aído. «No le habría costado nada descolgar el teléfono y hacer un par de gestiones». Todo sea por amor.