La actriz Amaia Salamanca comparte con la Princesa Letizia Ortiz algo más que un ligero parecido físico: ambas se distinguen por su gran profesionalidad, sus ganas de aprender para mejorar en sus trabajos y la discreción con la que manejan los hilos de su vida privada. En el plano sentimental, Salamanca, que se encaramó a la cresta de la ola por su trabajo en «Sin tetas no hay paraíso», aún no ha encontrado a su príncipe. Como mucho, a un Duque en la ficción televisiva, aunque, al parecer, sus relaciones con Miguel Ángel Silvestre en la vida real eran más bien tirantes, contrariando los rumores de romance. En cambio, la ex periodista asturiana sí tiene a su Príncipe... y de verdad.

Eso sí, siempre hay candidatos a ocupar el corazón de Salamanca, pero su único romance estable fue durante tres años con Álvaro Benito, ex jugador y componente del grupo «Pignoise», al que «sucedió» Mario Casas, con quien coincidió en la serie «SMS» y «Fuga de cerebros». Después se la ha relacionado con jugadores merengues como Sergio Ramos (el idilio con más visos de ser real), Casillas y Guti. Y en otoño del año pasado una revista la emparejó con Antonio Velázquez, actor que encarnó a Paquirri.

El director de «casting» asturiano Luis San Narciso fue el descubridor de Salamanca como actriz. Tenía a sus espaldas algún trabajo en publicidad, pero se presentó por casualidad a una prueba para «SMS» y la ficharon. «En cuanto la vimos, nos dimos cuenta de que era especial, una Michelle Pfeiffer a la española. No sólo guapa, sino con una gran naturalidad, y segura de sí misma. Tenía verdad, y eso la cámara lo capta. Es inteligente. Me sorprendió lo bien que entendía la profesión, es incansable y muy, muy currante. Le faltaba oficio pero deseaba aprenderlo. La llamé para «Fuga de cerebros» porque era la chica rubia americana ideal, y durante la promoción jamás puso mala cara a ningún acto por cansada que estuviera. Una superprofesional. Y ahora ha hecho teatro («La marquesa de O») con muchísima dignidad, lo que demuestra que está aprendiendo rápido. Con la prensa del corazón también demuestra lo lista que es, sabe cómo manejarse para que no se ceben con ella». Así que la ve perfectamente capacitada para ser Letizia Ortiz en la pequeña pantalla: «Con el pelo más oscuro y un traje sastre, seguro que tendrá un look mucho más Letizia»

Son elocuentes esas cualidades que comparten la Princesa de Asturias y la reina de las pantallas. Ambas saben lo que es enfrentarse a las cámaras intentando ser creíbles. Ambas han demostrado profesionalidad intachable y capacidad para mejorar (Ortiz como periodista y luego como esposa del heredero). Ambas han mantenido su vida privada protegida y ambas muestran aplomo a la hora de mostrar una imagen muy real.