El glamour ya desfila en el Festival de Cannes. Y la reina, por partida doble, es la actriz Eva Longoria, de origen asturiano. Primero deslumbró sobre la alfombra roja en la gala de apertura del miércoles, en la que se proyectó «Robin Hood». Y, anoche, volvió a hacerlo antes del estreno de «Tournée». En ambas ocasiones lució dos espectaculares vestidos, sobre todo el primero, blanco, diseño de Emilio Pucci y un solo hombro, con cola en cascadas de volantes y cuerpo drapeado.

Además de glamour también hay polémica. Silvio Berlusconi aterrizó en el festival como protagonista de un documental realizado por Sabina Guzzanti. «Draquila-L'Italia che trema», el estremecedor filme de la cineasta y actriz cómica, presenta una imagen demoledora del primer ministro italiano y vincula la gestión de su Gobierno de las consecuencias del terremoto vivido hace un año en L'Aquila con turbios negocios mafiosos.

«¿Por qué los italianos votan a Berlusconi?», se pregunta la cineasta en la presentación de un filme que muestra al primer ministro como un «vampiro» para Italia. El documental ofrece varias pistas. Entre ellas, la ya conocida y que explica que la influencia de la televisión, dominada por el propio primer ministro y que transmite la versión oficial, está en el origen de un auténtico desmembramiento de facto de la democracia italiana.

La realizadora pone en su objetivo la ridícula propaganda oficial, el encumbramiento de Berlusconi pero, a su vez, muestra la escasa capacidad crítica de muchos de sus conciudadanos.

La exhibición del filme en Cannes ya ha dado motivo para la polémica antes del comienzo del festival, puesto que de auténtico boicot se calificó el anuncio del ministro de Cultura italiano, Sandro Bondi, de que declinaba la invitación para acudir al evento precisamente por la programación de «Draquila». «Para Berlusconi era un día de mierda, como tantos otros: la magistratura le pisaba los talones, en los sondeos estaba en caída libre. Pero a las 03.32 del 6 de abril, un terremoto devasta una ciudad. Para «Il Cavaliere», es como si Dios le hubiera tendido de nuevo la mano», narra la autora al comienzo.

Tiene 101 años y es el decano del cine mundial. Con esa edad, Manoel de Oliveira tiene fuerzas de hacer una película al año y la de 2010 la presenta nada menos que en Cannes con el añadido de que es un retrato irónico de la muerte, la «única certeza que existe». Un Oliveira jovial en sus palabras y en su cine presentó «El extraño caso de Angélica», con la actriz española Pilar López de Ayala.