Paleontólogos alemanes de la Universidad de Tubinga, en el suroeste de Alemania, han identificado los restos más antiguos conocidos de un perro domesticado, que han datado hace unos 14.000 años. Se trata de parte de la mandíbula superior de un can que fue encontrado en una cueva de Kesslerloch, en el cantón suizo de Schaffhausen. El hallazgo paleontológico fue realizado en 1873, pero ha sido ahora cuando los arqueólogos y paleontólogos alemanes Hannes Napierala y Hans-Peter Uerpmann han identificado los restos como del perro más antiguo del mundo. Según los análisis, la mandíbula tiene una antigüedad entre 14.100 y 14.600 años, un tiempo en el que los hombres primitivos eran cazadores y recolectores. Sus colmillos son apreciablemente más pequeños que los de los lobos primitivos, hallados también en la misma cueva. Diferencias apreciables se pueden observar también en el resto de los dientes y la forma de la mandíbula. Sigue abierta la cuestión sobre el momento en el que el hombre domesticó por primera vez un lobo. El hallazgo confirma que la domesticación del perro se encontraba ya muy avanzada hace 14.000 años.