Corría 2002 cuando unos estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) idearon en el bar de la facultad crear una web en la que compartir apuntes, frases divertidas de profesores y comentarios sobre la carrera con sus compañeros de clase, informa Efe. Aún faltaban dos años para la aparición de Facebook, y aquella pequeña iniciativa empezó a tener un enorme éxito entre los estudiantes de la UAB, con más de mil visitas diarias.

Pero no fue hasta 2007 cuando dos de sus fundadores, los periodistas Oriol Solé y Andreu Caritg, decidieron profesionalizar el proyecto, al que se unió dos años después, como tercer socio, el ingeniero multimedia David Tardá, todos ellos de 28 años.

En la actualidad patatabrava.com se ha consolidado como la mayor red social de universitarios de España, con más de 320.000 usuarios registrados, procedentes de todas las facultades del país, que comparten más de 35.000 apuntes, así como unas 60.000 «frases míticas» de profesores, al estilo de «yo creo que esta asignatura mola. A mí me pone».

Pero lo más utilizado de la plataforma son los apuntes compartidos y los exámenes, para que los alumnos que aún no hayan pasado por el trago sepan a qué atenerse. «Cualquier archivo que tenga propiedad intelectual es retirado inmediatamente de la página», dicen los promotores.

La web patatabrava.com tiene una estructura reducida formada por 10 personas, pero una extensa red de colaboradores de toda España. La empresa factura cerca de 300.000 euros al año y todos los beneficios hasta la fecha se han reinvertido en el proyecto.

Las 450.000 visitas que tiene cada mes les convierte en un destino jugoso para la publicidad dirigida al mundo universitario. Sus fundadores tratan ahora de crear la que sería la primera televisión universitaria en línea, Patatabrava TV. Andreu Caritg niega que la web vaya dirigida preferentemente al universitario fiestero, ese que va poco por clase. «Está claro que los universitarios más fiesteros también tendrán que estudiar, y los más empollones van de fiesta a menudo». Mundos que se cruzan, a Dios gracias.

Al inicio de la andadura empresarial, los dueños de Patatabrava recibieron alguna propuesta de compra. No hubo acuerdo económico y sus fundadores siguieron su camino. Ahora valen mucho más.