Lorena NOSTI

La gran atracción navideña de la Ciudad de la Cultura abre hoy sus puertas al público ante una gran expectación. 800 metros cuadrados de hielo cubiertos por una gigantesca carpa transparente han ocupado el patio de la Universidad Laboral para ofrecer a todos los ciudadanos que quieran acercarse, desde hoy y hasta el próximo 20 de enero, la posibilidad de descubrir qué se siente al deslizarse sobre dos cuchillas.

Los únicos requisitos para acceder a la pista consisten en entrar ataviados con mangas y perneras largas y seguir el sentido de giro indicado, así como no patinar más de dos personas cogidas. A partir de ahí, se recomienda el uso de casco y guantes por parte de todos los patinadores, material que es proporcionado junto con los patines antes de acceder a la zona de hielo. Eso sí, la utilización de casco es obligatoria para los menores de 12 años.

Una vez dentro de la pista, el patinaje es libre. No existen cursillos, pero la actividad está controlada en todo momento por el personal de pista, que ayer demostraba su capacidad controlando a un centenar de niños de edades comprendidas entre los 9 y los 12 años, invitados con motivo de la presentación de la instalación. Los alumnos del Colegio Virgen Reina fueron los primeros gijoneses en pisar la pista, tras una exhibición llevada a cabo por ocho jóvenes profesionales, una de ellas de tan sólo 7 años. La mayor parte de los pequeños se subía a las cuchillas por primera vez y los resultados no pudieron ser mejores. «Es genial, parece que estás volando. Mola hasta el caerse», decía Marina González, de 11 años. «Ves a los otros patinar y parece fácil, pero luego cuando te sueltas sientes que vas a caer para atrás, aunque no duele», añadía Malena García, de 10, que como la mayoría de sus compañeros anunció su deseo de repetir.

Por el momento, podrán hacerlo sólo hasta el 20 de enero, pero si la respuesta es positiva es más que probable que esta iniciativa se repita en el futuro. Algo que dependerá de la apreciación de los organizadores, ya que «se trata de una experiencia novedosa y no tenemos cifras con las que poder comparar», explica el coordinador de la pista, Miguel Ángel Montes.

No en vano, se trata de la mayor pista de hielo artificial de Asturias, capaz de albergar un aforo de hasta 200 personas patinando a la vez. La encargada del montaje ha sido la empresa catalana Napapiri, representante del Grupo ATS, que fue el inventor de la pista de hielo móvil y fabricante líder mundial desde 1986.

Y para quienes aún estén reticentes en el campo de la seguridad, a la puerta de la pista permanece en todo momento un puesto sanitario atendido por Cruz Roja para solucionar cualquier incidente que se pudiera producir.

De momento, ya hay siete grupos escolares que han reservado la pista en el teléfono 902306600, que podrán patinar gratis durante media hora. Y es que no hay que dejarse intimidar, porque «después de dos culazos, esto está chupao».