M. C. / E. VALLÉS

El titular del Juzgado de instrucción número tres de Gijón decretó ayer el ingreso en prisión de A. S. F., de 73 años de edad, como supuesto autor del homicidio Arcadio Álvarez Lorences, de 69 años, el pasado sábado tras una discusión vecinal en el Camín de la Llosa (en Cerca de Abajo, Porceyo). Ambos protagonistas de esta luctuosa historia, propietarios de fincas colindantes en Porceyo, mantenían rencillas por cuestiones de lindes y de los animales que guardaban en las fincas. La última se había producido a raíz de que Arcadio Álvarez Lorences se negara a pagar los 300 euros que A. S. F. le reclamaba al asegurar que el perro de la víctima había saltado la valla de su finca y matado a 25 gallinas.

A. S. F. había sido detenido el mismo sábado por la Policía como principal sospechoso del crimen. En un primer momento negó su participación en los hechos. Tras la reconstrucción de todos sus movimientos y los de la víctima por parte de la Unidad de Delincuencia Violenta y Especializada de la Comisaría de Gijón, A. S. F. acabó por admitir la supuesta autoría del crimen. Lo hizo el pasado lunes en una declaración ante la Policía y lo volvió a reconocer ayer ante el juez instructor.

El crimen se produjo el sábado entre las doce y media del mediodía y la una de la tarde. Arcadio Álvarez Lorences regresaba a su casa de Porceyo tras hacer unos recados en La Calzada. Antes de llegar a su domicilio, detuvo su vehículo frente a la entrada de la finca de A. S. F. y se bajó del mismo, según parece, para hablar con el vecino con el que mantenía varias disputas. En ese momento se produjo un enfrentamiento entre ambos. La mayor corpulencia de Arcadio Álvarez Lorences no evitó el desenlace. A. S. F. le propinó dos puñaladas con un cuchillo artesanal hecho por él, una más de las diversas herramientas que tenía en su finca para atender las labores del campo.

El cuerpo de la víctima fue encontrado hacia la una y veinte de la tarde por otro vecino, tendido junto a su vehículo que aún seguía en marcha. Presentaba dos heridas, una en el pecho y otra en la axila izquierda. Esta última fue la que resultó mortal, al alcanzarle el corazón.

Tras el homicidio, el supuesto autor montó en su propio coche y se escapó por una carretera comarcal que conecta Porceyo con Tremañes. Cuando pasaba cerca del cementerio de Tremañes, arrojó el arma homicida por la ventanilla del vehículo a unos matorrales que había junto a la valla que separa esa carretera de la Autovía del Cantábrico, según el relato del supuesto homicida. Ayer la Policía, junto a una brigada del Plan PILES y otros empleados municipales desbrozaron la zona en la que A. S. F. recordaba haber arrojado el arma, sin que ésta apareciera, tras más de tres horas de búsqueda.