Albina FERNÁNDEZ

Los vecinos de Porceyo se movilizaron ayer a la altura de Casares contra los accesos a la AS-18, la carretera de Oviedo. El presidente de la asociación de vecinos, Olegario Álvarez, explicó que tanto los accesos a la nueva vía rápida como las salidas a las carreteras secundarias van a ser muy deficientes, «con curvas peligrosas», explicó.

Los vecinos ya se pusieron en contacto con la Consejería de Infraestructuras, pero sin éxito. «Nadie nos escucha, así que no nos quedó más remedio que movilizarnos para decirles que no pueden dejar los accesos así porque son peligrosos», explicó. Las movilizaciones se sucederán todos los martes y los jueves hasta que los vecinos obtengan las respuestas que buscan.

Las obras de desdoblamiento de este «proyecto jovellanista», como lo definió el presidente regional, Vicente Álvarez Areces, dieron comienzo en noviembre de 2005 y se inaugurarán previsiblemente en abril. Es una carretera que supera los 15.000 vehículos diarios y las previsiones indican que con las obras realizadas se podrán superar los 28.000 en una primera fase, dado que absorberá gran parte del actual tráfico entre Gijón y Oviedo, que en la actualidad pasa por la «Y».

La nueva vía consta de 21 kilómetros desde la glorieta de Pando (Oviedo) hasta la de Pinzales (Gijón) y da servicio a varios de los más importantes polígonos industriales del centro de la región, como Porceyo, Roces, Silvota, Asipo y Bobes, además de mejorar el acceso al futuro Hospital Central de Oviedo. La inversión asciende a los 130 millones que se financiarán por el sistema del peaje en la sombra, una fórmula novedosa que se aplicó por primera vez en Asturias por la que la Administración paga a la empresa adjudicataria, Viastur, (formada por Sacyr, Itinere y Sánchez y Lago) por cada vehículo que use el vial durante 30 años.