R. VALLE

La alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, explicó ayer a los integrantes de la Junta de Gobierno el preacuerdo alcanzado por el Ayuntamiento con el Principado de Asturias y la Universidad para reorganizar los espacios educativos y culturales de la zona centro de la ciudad a partir del desarrollo del nuevo gran colegio público del área, que aglutinará a los actuales escolares de los colegios Jovellanos y Cabrales en un nuevo equipamiento que suma a las actuales instalaciones del Jovellanos unos espacios que ahora ocupan las actividades de la Cátedra de Extensión Universitaria. El preacuerdo, que luego se encargo de publicitar Jesús Morales en su calidad de portavoz de la Junta de Gobierno, pacta nuevos usos para el Colegio Cabrales y el edificio universitario de Empresariales.

Uno de los ejes de esta reestructuración es la apuesta por ceder el edificio que ahora ocupa el Colegio Cabrales a las dos instituciones ateneístas de la ciudad. El Ateneo Jovellanos se quedaba ahora sin su tradicional ubicación en el edificio de la Cátedra de Extensión Universitaria y el Ateneo Obrero ya había planteado en varias ocasiones al Ayuntamiento su necesidad de salir de las limitaciones de su local en la calle Covadonga. El actual proyecto solventa ambos problemas en una misma operación al ofrecer un edificio céntrico y emblemático a ambas entidades.

Ahora la palabra la tienen los socios de estas organizaciones, aunque las primeras impresiones son positivas. Esta misma tarde están convocados en asamblea los socios del Ateneo Jovellanos y mañana harán lo propio los miembros del Ateneo Obrero de Gijón. «Nos gustaría más estar solos, no por el Ateneo Obrero, sino porque solo se está mejor, pero en principio estamos satisfechos y contentos», explicaba ayer José Luis Martínez, presidente del Ateneo Jovellanos, que mientras duren las obras de reforma del Cabrales tendrán un espacio para sus actividades en Empresariales. Para Luis Pascual, máximo responsable del Ateneo Obrero, «todo está un poco verde, pero hay buena sintonía. Es un edificio noble que necesita reformas en su interior, pero es factible». Pascual hizo un guiño a las diferencias ideologías de ambas instituciones: «No nos parece mal ser vecinos, nosotros en la mano izquierda y ellos en la mano derecha. La máxima de nuestro Ateneo es respeto y cultura para todos».